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El dolor del paciente, grabado en los dibujos de un libro

El dolor del paciente, grabado en los dibujos de un libro
18 de enero de 2015 - 00:00

James Pilco es un cuencano que además de ejercer la medicina, otras facetas, entre ellas la de pintar. Sus experiencias han sido plasmadas en un libro que se titula, Testimonios Híbridos, en el cual relata, a través del dibujo, un sinnúmero de penas y alegrías de sus pacientes. Las obras se exhiben en el Banco Central de Cuenca hasta finales del mes de febrero y son más de 60 cuadros en gran formato para que los ciudadanos puedan sacar sus propias conclusiones.

¿Desde cuándo está dentro de la pintura?

Desde que pude agarrar un lápiz, es decir, desde los 4 años. Luego me convertí en cirujano digestivo, porque me gusta y porque ejerzo todos los días esta profesión previniendo el cáncer; pero esa mezcla de cirujano y artista me permite tener una visión del ser humano desde otra óptica. Ver lo que le pasa al paciente debajo de las sábanas, no solamente lo que está fuera, ya que debajo de esa tela el paciente sufre muchas cosas y el arte nos permite destacar esas situaciones.

¿Y qué dicen los pacientes cuando se enteran de que además de médico es pintor?

Yo me hago la misma pregunta. Hay un gran porcentaje de gente que no sabe ni le interesa que sea pintor o no, solo dice, me recomendaron a usted y quiero que me cure. Otro porcentaje sabe que soy artista y médico y conviven con esta situación. Habrá otro porcentaje más pequeño que se confunda, pero en general, la gente sabe que me dedico a esto y si esta es una posibilidad de realizarme como ser humano qué bien, claro que muchos de mis pacientes también son artistas, es decir laboro entre colegas.

¿Todo ese trabajo, ver todo ese sufrir ha hecho que se inspire para sus obras?

Claro. El dolor inspira, en mis obras hay muchas imágenes de dolor y muchas son de pacientes míos. Le puedo decir que también el dolor inspira, el dolor le permite a uno saber hasta dónde se puede llegar en el acto médico. El galeno que está todos los días trabajando con la salud y la vida se da cuenta que el hilo que existe entre la muerte y la vida es muy frágil y eso le inspira.

¿Cuál ha sido el momento más duro para plasmar en un cuadro?

Mi propia vida (sonríe). Hay una obra que se llama ‘Vida a cuadritos’ porque nace, crece, aumenta de edad, peca, empezamos a envejecer y llegamos a la muerte. Yo no sé si la vejez, como es concebida actualmente, vaya a ser satisfactoria. Hay vejez inútil, donde la gente va ocupando el Seguro Social, esa vejez en la cual se termina siendo un estorbo, entonces allí estamos reflejando en este libro la vida. Todos los días me toca ver pacientes jubilados, aquellos que ahora tienen un sueldo dignificado.

¿Cuántos libros ha escrito?

De pintura son 2: uno que se llama, Con el alma en el rostro que se publicó en la ciudad de México y que fue un libro de pintura y poesía. Este el segundo libro y, claro, he hecho publicaciones en varias revistas. Sobre cirugía he publicado 3 libros: uno sobre procedimientos gastroquirúrgicos, otro sobre flujos —con la Unam—, ya que soy egresado de ese centro de estudios y un libro sobre endoscopía.

¿Y cuál ha sido el más difícil de escribir?

Obviamente los de cirugía, porque el médico tiene un ego propio, el médico no ve al colega. Con el arte usted puede inventar, pero nunca fallar, por último, hago un cuadro mal hecho, pero en una cirugía no puedo hacer mal una intervención. La cirugía es lo más matemático.

Siendo un médico que atiende a muchísimos pacientes, ¿cómo distribuye el tiempo para escribir?

Todo tiene su precio. La vida tiene su precio, pero todo tiene su espacio, el operar, atender a pacientes, dar clases en la Universidad, hacer antropología o pintar en las noches, y ese precio a veces es la familia, por eso el libro Mirada de Sordo hay un elemento especial, yo no escucho bien del lado derecho, eso te aísla un poco en términos en que te permite solamente visualizar cosas. Entonces, solamente cuando la gente empieza a sentir que algo le falta empieza a compensar con otras cosas y empieza a ver lo que la otra gente tiene. Las metas aún están por cumplirse. Yo espero que cuando tenga 80 o 90 años deje de producir y que la vejez no sea una carga, ni para uno, ni para la familia.

Sobre el libro Testimonios Híbridos ¿cuántas copias se han realizado?

El tiraje es de mil ejemplares, el vender no es prioridad, Dios me ha bendecido con mi trabajo y yo vivo de él, pero sí debo decir que la gente debe comenzar a comprar arte, no todo tiene que ser regalado, si el artista tiene algo que aportar, en la pintura, en la música, en la fotografía y más, la gente tiene que aprender a reconocer ese esfuerzo. Pagamos para ir al cine, para ir al fútbol, para ir a ver a un músico, por qué no podemos pagar por la lectura.

¿Expondrá sus obras en el Banco Central?

Sí, mis obras están desde el 10 de diciembre expuestas para que el público pueda admirar o dar sus críticas y estará hasta fines de febrero. Son 60 obras en gran formato para que la ciudadanía pueda tener un amplio concepto sobre ellas. En los cuadros están plasmadas desde alegrías hasta tristezas.

¿Qué hacer para que más personas se interesen en la lectura?

Bueno hay que pensar en los costos, pero también en la inversión que puede hacer una persona. Un libro es una inversión no es un gasto.

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