La compañía española Isofotón informó que construirá una planta fotovoltaica de 50 megavatios (MW) en Ecuador, una de las mayores de América Latina y la primera en el país de esta dimensión, por un importe de 100 millones de dólares (unos 78,5 millones de euros).

El parque solar se asentará en la parroquia  Calderón, a 10 kilómetros de Quito, y las obras emplearán a 500 personas durante su construcción.

La planta tendrá una potencia nominal de 49,6 MW y una potencia pico de 54.065 MW, esto la convierte, por dimensiones y capacidad de producción, en una de las mayores de la región.

El beneficio para el medio ambiente también será sustancial: generará una energía limpia de 84.093 MW/hora por año, que equivale al consumo de 84.000 familias y reducirá 49.000 toneladas/año de CO2.

El presidente de Isofotón, Ángel Luis Serrano, destacó que esta planta reafirma la estrategia de la compañía de “crear proyectos fotovoltaicos en mercados emergentes, allí donde se desarrolla la demanda que liderará el mercado fotovoltaico en la próxima década”.

Sostuvo que  Ecuador es uno de los países clave de Latinoamérica, ya que posee una posición privilegiada con irradiación homogénea durante todo el año.

El acuerdo, firmado con el Consejo Nacional de Electricidad (Conelec), autoriza la construcción y operación de la planta y garantiza la compra de la energía por parte del Estado en las condiciones que fija el “feed in tariff”, procedimiento que fomenta el desarrollo de las energías renovables.

Por otro lado, este nuevo proyecto en Ecuador está vinculado a un plan de responsabilidad social corporativa.
La empresa andaluza  mejorará las infraestructuras de la zona y los accesos a la planta fotovoltaica, también favorecerá con servicios de energía limpia a un centro de salud y a un centro escolar.

Además, se han cerrado los acuerdos de capacitación y formación con el Ministerio de Industrias y Productividad para la formación de empleados.

Expansión mundial

Isofotón se ha volcado en desarrollar su negocio a nivel internacional, con lo que pretende aprovechar las oportunidades que ofrecen nuevos mercados para expandir la compañía, aunque mantiene su centro tecnológico en España.

Serrano expresó que la empresa está inmersa en un proceso de globalización con el objetivo de reducir la dependencia de su mercado tradicional, el europeo, para centrarse en Estados Unidos, Japón, China, Tailandia o Latinoamérica.

Consideró que la presencia en estos mercados, entre ellos el ecuatoriano, dibuja “un futuro muy prometedor” para la firma, que espera salir “reforzada” de la crisis porque “cada vez hay más países que están tomando el protagonismo alrededor del  mundo de la energía solar fotovoltaica”.

El mercado español está prácticamente cerrado desde que se interrumpió la concesión de ayudas para nuevas instalaciones renovables en enero.