Dos mercados cuencanos son sedes gastronómicas
Los mercados cuencanos dejaron de ser lugares destinados exclusivamente para la compra de productos de primera necesidad. Ahora forman parte de la oferta turística de la Atenas del Ecuador.
Uno de ellos es el 10 de Agosto, como lo conocen los ciudadanos. El mismo está lleno de colorido y de buena gastronomía.
Jorge Espinoza se vino desde la ciudad de Machala el último fin de semana con el propósito de conocer la ciudad, pero le recomendaron que visite el centro de abastos, por lo tanto, no lo pensó dos veces y estuvo a eso de las 9:00 comiendo un hornado en la segunda planta del recinto. “No se equivocaron cuando me dijeron ‘vaya por la 10’”, indicó Espinoza.
El mercado está ubicado en el centro histórico de Cuenca y fue remodelado hace 5 años: el Municipio le cambió la cubierta, pero también realizó varias adecuaciones para transformarlo en un espacio de turismo gastronómico.
Desde la entrada los visitantes preguntan dónde está el sitio dedicado al hornado. Es que este es el lugar más solicitado por los foráneos. En el lugar los comerciantes llaman a sus clientes y hasta les dan de probar un pedazo de carne para que queden “atrapados” con el sabor. Los platos van desde los $ 3 y van acompañados de mote, tortilla de papa y cebolla, “pero no puede faltar el ají”, indica Espinoza.
A un costado están los únicos y conocidos ‘rompenucas’, que no son más que bebidas de fruta preparadas con mucho hielo, de ahí su nombre, ya que cuando la persona las ingiere siente una molestia en la parte posterior de la cabeza. “Tienen un sabor muy agradable, no había tomado antes así”, señala Mariana Robles, también turista, que llegó desde la ciudad de Guayaquil.
Un patio de comidas para el sector popular
Pero no solo el hornado y el ‘rompenucas’ atraen a los visitantes. En los alrededores puede visibilizarse toda la variedad de comercio gastronómico.
Los almuerzos tienen mayor diversidad comercial; en cada puesto se ofrece caldo de gallina criolla, secos de carne y pollo, mariscos, como pescado frito, caldo de bagre y encebollado, siempre acompañados de agua de frescos, también conocida como “agüita de vieja”, la misma que está compuesta por plantas medicinales propias de la región.
Tanto en la mañana como en la tarde se puede encontrar un café con leche o tinto, con su ingrediente principal que es la palanqueta con nata.
“Es lo mejor de Cuenca, por el trato y el sabor”, dice Mario Chicaiza, quien frecuenta el mercado para el desayuno, agregando que si viene a media mañana se toma una “malta con huevo”. “Es bueno para la debilidad, nos pone fuertes”, dice el hombre entre risas.
El mote, propio de Cuenca, no puede quedar sin su espacio. Sus vendedoras, con uniformes, reciben a los clientes y ofrecen mote pelado o con cáscara. Situación similar sucede en el mercado 9 de Octubre, donde el morocho, las tortillas y las empanadas son los más buscados por los visitantes. (I)