Un trabajo de ocho meses llegó ayer a su fin
Dos águilas pechinegras fueron liberadas en el Parque Nacional El Cajas
Con un chillido de alarma por parte de una gaviota andina fueron recibidas ayer dos águilas pechinegras que fueron liberadas en el sector de Llaviuco dentro del Parque Nacional El Cajas.
Luego de permanecer por cuatro años en el refugio Yurak Allpa, el identificado como Nandito, pudo extender sus alas y alzar vuelo libremente, al igual que la otra ave que permaneció por tres meses en el zoológico Amaru.
Debido al tiempo de cautiverio el cetrero Fernando Andrade, quien se encargó de rehabilitar a Nandito durante 8 meses, explicó que los comportamientos de liberación de ambas iban a ser diferentes.
“La de Amaru es un ave juvenil que permaneció poco tiempo en el refugio. Sabe utilizar los vientos y cazar, por lo que no va a tener muchos problemas, sin embargo, este no es el caso de la otra, porque ha permanecido por cinco años en una jaula”, explicó.
La probabilidad de supervivencia según Andrade, dependerá de la cantidad de alimentos que puedan conseguir.
Nandito tendría una edad de entre cinco y seis años, mientras la otra que identificaron como Alejandrito no pasa de los dos años.
De acuerdo al cetrero, estas aves pueden vivir entre 30 a 35 años y en cautiverio 40 años. Tan solo el 33% de esta especie llega a la adultez, el resto muere por diferentes causas.
Antes de regresar a la vida silvestre al mayor se le tuvo que enseñar a volar y a cazar.
Además, fue necesario alimentarlo para que tenga un peso ideal.
Su propietario, Alberto Vele, manifestó que durante el tiempo de rehabilitación, se comió unas 50 tórtolas y 500 codornices.
Fernando Juela, técnico de vida silvestre de la dirección provincial del Ministerio del Ambiente, explicó que se trata del primer proyecto de rehabilitación de este tipo que se realiza a nivel del país.
Acotó que todo el proceso quedará dentro de un protocolo para que otros centros puedan replicarlo.
Quedan 12 aves de esta misma especie en cautiverio, de las cuales, cuatro más también pueden ser rehabilitadas.
Las restantes nunca van a poder ser liberadas debido a que tienen fracturas.
A ambas les colocaron anillos en sus patas y con ellos se les realizará un monitoreo, utilizando largavistas para visualizar sus buches y ver si se han alimentado.