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Don Tobías, un hombre que nació para el teatro
El frío hace cerrar los ojos y abrir los brazos para sentir calor; el calor viene acompañado de una buena conversación. Por una pequeña puerta, Gabriel Tobías León Salinas, ‘don Tobías’ nos abre paso a su mundo.
Tobías es un hombre cuya edad no se refleja en arrugas pero sí en el brillo de sus ojos. Su voz es amistosa, su pelo completamente blanco, tiene pocas arrugas y es pequeño de estatura, no sobrepasa 1,70 m.
Presenta a su esposa, Dolores Noemí Arcentales Zhunio, ‘doña Lola’, mujer de 74 años y piel morena, que prepara el almuerzo en la cocina. Don Tobías y su esposa almuerzan a las 12:00 del mediodía en punto, ni un minuto más ni un minuto menos; podría llegar el mismísimo presidente que don Tobías y doña Lola no lo esperarían. La comida es sagrada. Ambos viven en Sígsig, el tercer cantón con mayor población en Azuay y —como recuerda Fátima Toral, nieta de Don Tobías— Patrimonio Cultural de la Nación desde el año 2002.
Fátima es muy cercana a su abuelo, siempre que regresa a Sígsig pasa horas y hasta días enteros junto a él. “Hace 2 años, a mi abuelito le detectaron cáncer a la próstata, yo pensé que no se iba a salvar, pero ahora le veo más joven, parece que le ha hecho bien”, dice y ríe. “Él es muy alegre y muy cariñoso con sus nietos, le encanta conversar con cualquier persona, siempre está dispuesto a ayudar”.
El teatro nace en el Sígsig
Por las calles empedradas de Sígsig no se ve mucha gente, apenas unas pocas mujeres con polleras que cargan sus canastas hacia el mercado. Las tiendas empiezan a abrir, al igual que el cielo que muestra una nueva cara. Don Tobías tiene que abrir su tienda de abarrotes, pero sigue mirando por la ventana, parece recordar los varios oficios que ha tenido —desde ayudante de sastre, policía de contrabando de alcohol y ahora dueño de una tienda—. “He vivido casi todos mis 77 años en Sígsig. Únicamente me ausenté de mi tierra para cumplir con el servicio militar obligatorio”, indica.
Pero en aquellos tiempos duros también hubo motivos para agradecer y aún hoy don Tobías recuerda con gratitud su niñez en el colegio de los Padres Salesianos. “Los salesianos fueron una salvación para Sígsig con la formación de tanto alumno”, sentencia don Tobías como un juez que condena a un criminal.
Fueron los Padres Salesianos los que lo indujeron a tomar las armas del teatro. Su por la actuación y sus ansias de disfrutar la vida recuerdan la definición del poeta, Federico García Llorca.
Gabriel Tobías León Salinas ha interpretado dramas, comedias, sainetes, hasta desplazarse del teatro hacia las comparsas y ser el creador del lunes sigseño. “Un día salíamos de una cantina y nos pusimos a cantar en la glorieta del parque central, al principio nos veían solo los niños, luego la gente se fue acercando, así nació el lunes sigseño, que hasta ahora se mantiene”, agrega que “hay quien dice yo no pude estudiar porque mis papás no tenían dinero, pero yo no, yo me formé y así me casé, yo de 22 y mi esposa de 20, tuvimos 6 hijos, 4 varones y 2 mujercitas, señala. (F)