La semana anterior, en los espacios de la catedral de La Inmaculada, en Cuenca, se volvió a escuchar el sonido clásico del órgano Hammond que permanece en esta iglesia desde 1938.

El instrumento, que data de 1935, volvió a funcionar luego de 24 años, para rendir un homenaje a Santa Cecilia, patrona de los músicos y al hermano Juan Stiehle, personaje emblemático de Cuenca.

La recuperación de este bien, que según el arzobispo de Cuenca, Luis Cabrera, sería el único de su tipo en el país, forma parte del proyecto integral de restauración de la catedral de La Inmaculada.

Fue al colombiano Virgilio Martínez a quien le tomó 4 meses la recuperación de esta pieza. Para esto tuvo que ‘desbaratarlo’ en 95 %, pues debido a la falta de uso dejó de funcionar.

Este instrumento fue creado por el por el inventor estadounidense Laurens Hammond.  

Hammond fue un ingeniero (inventor del reloj con calendario) que luego de varios inventos creó un órgano basado en ruedas fónicas.

Martínez explicó que se trata de un modelo RT3, construido con un sistema electromagnético y de amplificación a través de altavoces individuales. “Es el único órgano construido con un sistema de magneto o de imanes, que se atraen mutuamente y eso produce un sonido que se controla a través de unas barras deslizantes que el órgano presenta haciendo que el sonido sea lo más cercano al órgano tubular, que en esa época era lo que primaba”, dijo.

Además, según el restaurador, los altavoces individuales hacen que el sonido “que yo escucho junto al instrumento lo puedo escuchar de idéntica manera en el último rincón de la catedral”.

Este tipo de instrumentos fue vendido especialmente a las iglesias como una alternativa de bajo costo, frente a los órganos de tubos tradicionales cuyo sonido se producía por el viento. Se trata de una pieza de difícil manejo debido a que además de las manos es necesario el uso de los pies. En la consola posee 2 teclados de 5 octavas y encima de estos, 4 juegos de barras deslizantes que permiten añadir armónicos, y en la parte inferior posee 32 pedales para los sonidos bajos.  

Es por ello que el instrumento debe ser manejado por maestros especialistas. Fue el organista argentino Miguel P. Juárez quien se encargó del recital anterior.  

Para el restaurador, se trata de un bien patrimonial único de Cuenca. “Este órgano y otras reliquias que hay nivel mundial solamente se han llegado a subastar en Francia y Alemania porque los altos costos superan la economía de América Latina. Ha habido órganos de menor categoría cuya puja ha iniciado con $ 200 mil. El órgano es costoso y valioso sobre todo en el ámbito de la cultura”, dijo. (I)