Con el proyecto de una clasificadora automática de rosas, la joven cuencana Vanessa Serrano ganó el primer lugar en el concurso internacional IEEE Robotic and Automation Society realizado en Chile.
En el mismo participaron 27 personas más de Estados Unidos, Argentina, Rusia, Brasil y otros.

La estudiante de la Universidad del Azuay, quien forma parte del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), recibió en agosto un correo electrónico en el que se enteró del concurso.
Cuenta que en el último día de plazo para participar tomó la decisión de enviar su proyecto junto con su currículo y una recomendación de un profesor.

“Al principio no pensé en intervenir, pero nuevamente me llegó el correo en el que me decían que había una ayuda económica para las personas que fueran aceptadas y envié la información porque no perdía nada al hacerlo”, dijo.

Vanessa viajó el 2 de diciembre a Chile y recibió 425 dólares para gastos de viaje, mientras que su universidad le entregó 550 dólares.

“Con esa ayuda era más fácil que vaya y además la Sociedad de Robótica nos cubría los gastos de inscripción del curso”, indicó.

El martes 4, presentó su proyecto en cinco minutos a los miembros del jurado.
Ella y los otros 27 participantes expusieron en inglés.

Las hojas de vida y proyecto debían ser enviados en el mismo idioma.
La clasificadora de rosas, con la que participó Serrano, de 23 años, consiste en una banda rotatoria controlada por un motor donde se colocan las flores que llegan a una cámara que captura la imagen y la analiza.

Según el largo del tallo y el tamaño del botón, la clasificadora determina si la rosa es para exportación o para venta nacional.

No esperaba triunfo

Vanessa, quien al principio se sentía dudosa de acudir, no pensó que ganaría un concurso a nivel internacional porque los demás participantes tenían maestrías, incluso eran Phd.

Según la joven, estos concursos se realizan siempre y los estudiantes deberían formar parte de asociaciones o grupos de acuerdo a sus carreras y tener la costumbre de enviar sus trabajos o proyectos.

“Nuestras iniciativas son importantes en universidades de Estados Unidos y Europa. Nos ayudan mucho para las admisiones en instituciones extranjeras”, manifestó la técnica eléctrica.

La ingeniera azuaya recibió un premio económico de 160 dólares y un certificado, pero lo más satisfactorio para ella fue conocer otros colegas y compartir experiencias con personas de distintos países con visiones diferentes.

El segundo lugar lo obtuvo el estadounidense Brien O’Niell, mientras que el argentino Juan José Tarrio logró el tercer puesto.

En este mismo año Vanessa y cuatro compañeros más ganaron el concurso de Aplicaciones Académicas, organizado por el DataLight- Distribuidor de National Instruments en Ecuador.

Los cuatro jóvenes crearon un robot hexápodo, con la estructura de una araña de seis patas, controlado por un teléfono inteligente o un PC.

En este evento anual internacional participaron técnicos, científicos y estudiantes relacionados con el área de electrónica, eléctrica, mecánica, entre otras.

Junto con Vanessa han trabajado en estos proyectos Pedro Urigüen, Patricio González y Andrés Cabrera, compañeros de aula en la universidad.