En Cuenca, diariamente la Empresa Municipal de Aseo (EMAC) recolecta 1,4 toneladas de desechos infecciosos.

Unos 1.300 establecimientos entre hospitales, clínicas particulares y veterinarias, peluquerías, locales para hacer tatuajes y hogares de personas con enfermedades crónicas generan los residuos.

Los índices de peligrosidad para la vida de los seres humanos y el medio ambiente, por la mala utilización de estos desperdicios obligó desde 2012, cuando se estableció una ordenanza municipal, a que este organismo establezca 3 pasos para evitar que estos materiales sean mal manejados.

El primero es la recolección y transporte en un furgón cerrado, con pared de poliuretano y todas las normas de seguridad como refrigeración y piso con canaletas periféricas. “Estas evitarían que en caso de que los líquidos se rieguen en el carro, se caigan a las calles”, comentó un técnico de la entidad.

En el hospital José Carrasco Arteaga se construirá una planta para procesar estos desperdicios.

Una vez acumulados, cada lunes, miércoles y viernes, los desechos son trasladados hasta el cantón Nobol, provincia del Guayas. En esta zona, se someten a un proceso de esterilización, en el que los microorganismos patógenos son eliminados mediante calor y presión.

“Una vez concluido el tratamiento, estos residuos se consideran como no peligrosos, es decir, como comunes”, acotó.

En último paso, son llevados al relleno sanitario de Pichacay, en Cuenca, donde se mantienen sin causar peligro de contaminación.

CIFRA

1.300 establecimientos, entre nosocomios, clínicas veterinarias y otros, son generadores de estos residuos.
“El relleno sanitario de la capital azuaya fue el primero en ser aprobado en todo el país, en 2002, por el Ministerio del Ambiente para garantizar seguridad ambiental”, agregó.

Además, el experto comentó que a las personas que tienen familiares con enfermedades crónicas en sus hogares y son generadores de estos residuos se les dan charlas gratuitas de capacitación para el manejo de los desechos.

Precaución en instituciones

Bolívar Auquilla, analista de Salud Ambiental de la Coordinación 6 del Ministerio de Salud Pública, comentó que cada establecimiento médico de la región cuenta con Comités de Bioseguridad.

Estos grupos, indicó, son los encargados de dividir a los desperdicios en comunes, infecciosos y especiales.
“Como coordinación, se hace la socialización para que se aplique la normativa y se efectúe el correcto trato de los desechos en los establecimientos”, precisó.

Para evitar anomalías, explicó, 2 veces al año se hacen visitas sin previo aviso a los nosocomios.

Fernando Oyervide, director administrativo del hospital José Carrasco Arteaga, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, expresó que esta entidad en 2 meses iniciará la construcción de una planta para la seguridad de los desechos infecciosos.

La edificación tendrá un costo de $ 340 mil y estará fuera del área hospitalaria.