Han transcurrido 14 años desde que Cuenca obtuvo el galardón más importante de conservación como es el título: Patrimonio Cultural de la Humanidad, otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el 1 de diciembre de 1999, en Marraquech (Marruecos).

La declaratoria se dio por su privilegio en tener una arquitectura colonial, sus vestigios arqueológicos, sus producciones artísticas y literarias, su rica tradición oral y por la serie de elementos intangibles que constituyen también parte fundamental en el convivir ciudadano.

Su Centro Histórico lo componen edificaciones coloniales, la mayoría de sus atractivas construcciones datan del siglo XIX, hay también algunas  del siglo XVIII, sobre todo del convento de clausura, llamado  El Carmen del Asunción, situado junto a la catedral de La Inmaculada y donde aún existen monjas en el claustro.

Según el documento de la Unesco, se reconoce a Cuenca por "la belleza de su centro histórico, con un tipo particular de arquitectura republicana" y por "la armonía que guarda con su entorno geográfico".

La conservación de su patrimonio arquitectónico y urbanístico le dio méritos para su declaratoria por parte de la organización.

En algunas calles los adoquines antiguos se mantienen, aunque algunas casas coloniales han sido destruidas.

En la actualidad, la capital azuaya está entre las ciudades que tiene una de las más altas coberturas de servicios básicos, tanto en los sectores rural y urbano, en relación con el resto del Ecuador y de otras urbes de la región.

Según datos de la Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable y Alcantarillado (Etapa), el agua potable y el alcantarillado llegan al 97.5%  de la población urbana y al 95% de la  rural.

El  Centro Histórico  se ubica en un área de  482 hectáreas,  en la que existen 9.932 inmuebles y  en donde habitan unas 49.363 personas.

De todas las casas y de acuerdo a un inventario de las edificaciones patrimoniales en el centro  realizada el 2010,  un 40% corresponde  solo a  vivienda, un 13% están destinadas únicamente al comercio y un 34%  entre vivienda y comercio (mixta).

De acuerdo a esto, la vivienda continúa  siendo el uso principal del suelo en esta zona, sin embargo, la distribución  no es homogénea, pues en el plano se evidencia principalmente “a la actividad económica” lo que predomina.

Mientras, en los  alrededores el uso mixto, es decir actividad económica y vivienda.

Por ello, la aspiración de Daniel Astudillo, director de Áreas Históricas y Patrimoniales del Municipio, es tener en el   2030  viviendo a unas 60 mil personas en el centro de la urbe, como en años anteriores.

Aseveró que por ese motivo el Cabildo tiene como prioridad satisfacer las necesidades básicas de la población y dirigir su  accionar a la conservación del Patrimonio.

“No como un patrimonio museo o  muerto, sino vivo buscando motivar a que la gente vuelva a vivir en esta área”, explicó.

Lo que se consigue, según el funcionario, dotando de toda la infraestructura básica y además con la implementación de otros proyectos, como el  tranvía, con el que se busca reducir  el ingreso de vehículos al  casco central y con ello habrá  menos contaminación y  ruido. “Eso va a motivar que mucha gente regrese a vivir”, acotó.

Restauración un paso para incentivar el regreso

Desde el Municipio se impulsa el Plan Especial para el Centro Histórico que apunta a regular el uso del suelo, propendiendo a  priorizar la vivienda y controlar el comercio.

A todo esto, se suma la preocupación de la empresa pública y privada,  quienes a través de la restauración de  casas patrimoniales quieren incentivar a las personas a regresar a esta área.

En este sector  existen 3.287 casas con valor patrimonial.

Desde  2009, unos 15 propietarios de viviendas con esa categoría se han acogido al programa Recupera tu Casa, Vive tu Hogar, promovido por la Empresa Municipal de Urbanización y Vivienda (Emuvi), con el  fin de entregar un crédito para que las casas sean restauradas priorizando la vivienda en 70% y lo restante para el comercio.

Álex Portilla, responsable del proyecto, expresó que la gente está migrando  del centro  por las construcciones deterioradas y el alto costo que representa su reparación.

“Solo para intervenir en la fachada de una vivienda se necesita un estudio y permisos que cuestan y  muchas personas no tienen dinero para hacer eso. Una restauración integral, de una casa grande puede llegar a costar unos 250 mil dólares, por ello los arriendos para locales llegan a ser mucho más rentables”, precisó.

Actualmente una 16 personas más esperan acogerse a este programa, mientras que para el próximo año está prevista la adjudicación de 15 departamentos construidos en la parte alta de La Casa del Sombrero, ubicada en la calle Rafael María Arízaga y que fue intervenida por su alto valor patrimonial intangible. En la parte baja funcionará un museo.

Otras iniciativas

La restauración de casas para familiar en la zona central  también lo realiza desde el 2009,  Inmobiliaria San Alberto Magno.

Este empresa ha desarrollado tres proyectos comerciales dentro ésta área: Casa San Sebastián, Casa Juan Jaramillo y Casa de los Frutales. Hay otros que actualmente realizan como lo es Casa del Nogal. Ha implementando un total de 47 departamentos y seis locales comerciales,  enfocados.

Juan Heredia, gerente de la inmobiliaria, aseveró que el objetivo es  devolverle la  vivienda al  centro “porque hemos notado que en los segundos pisos y pisos más altos en el 80% de las casas no viven nadie”.

Los departamentos, inicialmente eran habitados en un 90%  por extranjeros, situación que dijo el experto,   ha ido disminuyendo y con ello repotenciado el mercado local y nacional.

María Arévalo, directora del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, considera que la ciudad sigue encaminada a ser un atractivo mundial. Desde el 2008, manifiesta, el gobierno nacional realiza una inversión considerable de dinero para impulsar el cuidado del patrimonio de la urbe, situación que se inició con  un inventario, en el cual se establecían los lugares y edificaciones a salvaguardar.

“Si nosotros no registramos lo que tenemos, mal podemos salvaguardarlo”, advirtió.

Recordó que ello empezó con un decreto de emergencia para la conservación del patrimonio y de ahí se hicieron trabajos todos estos en beneficio de Cuenca.

DATOS

Para María Arévalo del INPC el hecho de que un ciudadano deje de habitar en un inmueble en el centro histórico, no pone en riesgo el reconocimiento de patrimonio, más bien puede potencializarlo.

En la ciudad se trabaja, según la entidad en la estimulación a los propietarios de predios patrimoniales con políticas de Estado que garantizan que la ciudad siga siendo atractivo para visitantes de todas partes del mundo.

El alcalde de Cuenca, Paúl Granda, anunció “mano dura” contra las personas que derrocan viviendas con esta categoría y que están bajo un inventario de la ciudad.