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Con suerte y paciencia se consigue un empleo

Una de las alternativas de los obreros ha sido afiliarse a la Red Socio Empleo, aunque la mayoría no está conforme, por eso permanecen en la calle y cuando aparece un interesado todos se aglomeran alrededor del vehículo. FOTOS: JOSÉ LUIS LLIVISACA
Una de las alternativas de los obreros ha sido afiliarse a la Red Socio Empleo, aunque la mayoría no está conforme, por eso permanecen en la calle y cuando aparece un interesado todos se aglomeran alrededor del vehículo. FOTOS: JOSÉ LUIS LLIVISACA
20 de abril de 2014 - 00:00

Son las 8:00 y desde hace una hora aguarda espectante la llegada de alguien que le ofrezca trabajo. Sus movimientos son rápidos a lo largo de la calle Presidente Córdova, entre General Torres y Padre Aguirre.

Cuando alguien se acerca a él, ya sea a pie o en un vehículo, se lanza como si quisiera agarrar el número premiado de la lotería. “¿Qué está buscando?, pregunta.

Andrés Barbecho, es uno de los cerca de 70 albañiles que regularmente se ubican  en la plaza de San Francisco a esperar por alguien que requiera de sus servicios.

“Ya voy 2 semanas sin trabajar”, comenta el ciudadano de 29 años, casado y con 2 hijos que mantener.
Todos los días que no tiene ‘camello’, o sea, trabajo, toma un bus, a las 06:00, desde el sector de El Carmen de Sinicay hacia la plaza. Diariamente invierte mínimo $ 2,50, dinero que alcanza para los buses desde y hacia su hogar y para poder almorzar.

Cuenta que siente desesperación,  debido a que cada semana debe reunir como mínimo $ 35 dólares para llevar el alimento a su hogar y reunir para cancelar la renta.

“Cuando hay trabajito es bueno, porque ya se ganan los $ 100, pero a veces hay gente que pasa aquí semanas sin trabajar porque no hay quién nos contrate”, asegura.

Otra historia similar es la de José Luna, de 38 años. Él es parte de quienes anhelan conseguir un empleo todos los días, pero la mayoría de veces regresa a casa con la cabeza baja y sin un centavo.

La última vez que trabajó fue  hace 2 semanas en una construcción por el sector de Miraflores, pero solo fue por 3 días, lo que le representó un ingreso de $ 90. No fue afiliado al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y fue explotado con trabajo fuerte, como él mismo dice, “sino se hace eso, no se trabaja”.

Carlos Bueno, en cambio, considera que un número minoritario de personas es responsable de que a algunos de los obreros no sean contratados.

Dice que se han dado casos de delincuentes infiltrados entre ellos, estos son llevados para cumplir con las obras y, ya en la vivienda del empleador, sustraen objetos de valor. “Por uno pagamos todos”, acota. 

Cree que sería importante crear un gremio que vele por sus derechos para poder legalizar a quienes en verdad saben de construcción.
Una de las alternativas que han buscado para laborar es la Red Socio Empleo, creada hace 2 años.
Allí, varios de ellos cuentan que han dejado sus datos, pero dicen que han esperado al menos 3 días y no han logrado su objetivo.

“Muchas veces nos dicen que somos vagos cuando no queremos ir a trabajar con precios que no nos convienen”, comentó Jesús Canales.

No todos garantizan honradez ni buen servicio

Jaime Berrezueta, coordinador de la Red Socio Empleo, manifestó que la idea de esta organización  es brindar condiciones dignas a los trabajadores para que los contratistas puedan brindarles oportunidades idóneas en sus obras. Agregó que no son generadores de empleos y que este aspecto depende de la demanda de contratistas que haya.

Según el funcionario, dentro de las competencias de Socio Empleo no está la determinación de remuneraciones de los empleados, pero sí hacer respetar la ley.

“Nosotros lo único que pedimos es que como mínimo se les pague el sueldo básico (...) cuando hay contratos para 3 días procuramos que se les pague el dinero que les corresponda, en proporción al sueldo semanal de un albañil, que es por lo general de $ 120 dólares”, indicó.
Berrezueta comenta también que, lastimosamente, por cada 10 albañiles que han sido reinsertados al campo laboral, 3 les han causado problemas debido al abandono, falta de calidad y deshonra en las obras a las que son envíados.

“Hay casos en los que se llevan las herramientas. Hay que considerar que la problemática social que viven ellos es tremenda, muchas veces con el alcohol”.

Algunos obreros han manifestado que no se realiza su afiliación al IESS; al respecto, Berrezueta manifestó que en varios casos y debido a su idiosincracia, hay quienes exigen que se les cancele un monto mayor por semana y  que alegan que no  necesitan estar asegurados.

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