En el cantón Ponce Enríquez, provincia del Azuay, dos trabajadores fallecieron mientras barrenaban en la mina “La Roma”, ubicada en el distrito de Bella Rica.  

Los occisos fueron identificados como: José Félix Suquilanda Saraguro, ecuatoriano, y Ervin Nelson Neyra Neyra, de nacionalidad peruana.

El hecho se produjo la mañana del último sábado, en la mina de propiedad de Alfonzo Coronel Quezada, donde laboran unas 25 personas.

Cerca de las 06:00 se produjo una explosión que dejó sepultados a los dos obreros. De acuerdo con testigos que prefirieron la reserva de sus nombres, los dueños del lugar ocultaron el hecho a las autoridades y a la prensa.

Con la ayuda de un agente de la Policía Judicial del Azuay, los propietarios del predio habrían hecho el levantamiento de los cuerpos e incluso la autopsia en la misma mina.

Amigos de las víctimas esperaban la llegada de los cuerpos hasta la morgue del cantón, pero transcurrían las horas y no arribaban.

Al parecer, Leyton Enrique Luna, sargento de la Policía Judicial, habría elaborado dos partes. Es decir, hubo  dos levantamientos de cadáveres.   

En uno de ellos Luis Vicente Saraguro Quezada, administrador de la mina, manifestó que a las 06:30 del sábado, varios obreros bajaron hasta el interior de la cueva, con un saco de cemento para realizar una construcción y salieron sin ninguna novedad.  

En el documento se menciona que a las 08:30 ingresaron seis trabajadores para realizar una limpieza de la vía y al momento en que se encontraban a 500 metros de profundidad se percataron de que Neyra había empezado a tambalearse por la falta de oxígeno, hasta que murió.

Mientras tanto, en otro parte policial realizado por el mismo agente se cambian los hechos de la muerte y el nombre del peruano Ervin Neyra por Francisco Farceque Cruz.

Según este escrito, la víctima fue encontrada a un costado de la vía La López y no había testigos que brindasen información sobre el hecho, presumiendo que falleció de muerte natural.

Cierre de minas

Funcionarios de la Agencia de Regulación y Control Minero (ARCOM) de El Oro se enteraron del caso y dieron aviso a sus similares de Cuenca, quienes de inmediato se trasladaron a la mina “La Roma”.

En el lugar constataron que era ilegal y por ello dispusieron el cierre indefinido de la misma.

Otra mina cercana, identificada como “Nuestro Señor de Roma”, también fue suspendida indefinidamente.

Personal de la Agencia de Regulación presume que unas 35 instalaciones del sector se encuentran realizando actividades mineras de manera ilegal.