La obra social, P. Jorge Carrión, S.J. de la Unidad Educativa Particular Borja, cumple 10 años brindando  servicio a 100 niños, jóvenes y adultos mayores de la parroquia Baños. Además de comida y medicinas, la ayuda consiste en dar soporte académico y emocional.

El sacerdote jesuita Edwin Moscoso, responsable de la Pastoral de la Unidad Educativa, según Diario El Tiempo, asegura que la tarea emprendida se basa en confrontar 2 realidades para generar inclusión: conocimiento y tolerancia.

Por un lado están los estudiantes que tienen mejores condiciones de vida, y por otro están chicos que por la falta de estos recursos se enfrentan a una realidad diferente, “pero que se espera en un futuro estén en igualdad de condiciones”.

Al medio día, los estudiantes llegan, a la Unidad Borja. En el comedor les esperan los estudiantes del establecimiento para atenderles y serviles el almuerzo.

Jairo, de 14 años, acude desde hace 6 meses al comedor jesuita y luego de ingerir el almuerzo, va a clases en la Unidad Educativa Enriqueta Cordero de la parroquia Baños. Él asegura que en este espacio se siente cómodo porque comparte con algunos compañeros momentos de esparcimiento, pero tiene claro que el futuro está en el estudio.

Así como él existen otros 79 chicos que se benefician de esta iniciativa que nació en 2006. Para la subsistencia de este proyecto hay una coordinación entre el sector público a través del Departamento de Desarrollo Social y el aporte privado que llega gracias a las contribuciones obtenidas por los grupos voluntarios cercanos a la unidad educativa.

Nora Cueva, administradora de la obra social, explicó que cada mes se requiere alrededor de $ 5.500, “sin embargo estos fondos siempre serán limitados”, sobre todo cuando en un plan futuro anhelan ampliar la cobertura.

Otro aspecto que menciona Moscoso, es que la iniciativa también  vincula a los estudiantes para generar un proceso de igualdad. Unos estudiantes les sirven la comida a la hora del almuerzo y otros les ayudan con sus tareas.

La obra Padre Jorge Carrión S.J., cuenta con el apoyo de las Damas Ignacianas, un grupo de madres de familia de alumnos y exalumnos de la institución. “Gracias a su gestión, hemos podido entregar medicamentos, lentes y víveres”, indicó Moscoso.(I)