Intercultural
La chacra cuencana replica el saber de los pueblos andinos
Las escenas de agricultores cosechando los granos tiernos son comunes en esta época, en la que la chacra llena de color y vida los paisajes en la época de florecimiento. El maíz y el fréjol, productos de alto valor nutritivo, son la base de los sembríos en el sector rural azuayo.
Martha Calderón y su esposo, Jorge Arévalo, fueron el lunes a cosechar en su terruño ubicado en Quillopungo, en la parroquia El Valle. Acudieron muy temprano por las restricciones de movilidad de la emergencia sanitaria y terminaron la jornada a la 13:00, antes del toque de queda.
La pareja siembra aplicando la sabiduría del calendario agri-luni-solar. Don Jorge cuenta que la siembra del maíz se hace en el mes lunar adecuado y en momentos de Luna creciente; jamás en menguante. En general, se siembra entre los meses de septiembre a enero la combinación maíz-fréjol.
En la cosmovisión andina, la chacra no es solamente un espacio para la producción de alimentos, también es un territorio donde se reproducen prácticas culturales como las formas tradicionales de agricultura, las danzas de la siembra y la transmisión de saberes.
Tener una chacra es parte de la cultura de los pueblos originarios para sobrevivir y representa un vínculo muy fuerte y simbólico con la tierra (Pachamama).
Hernán Loyola, en su libro La chakra, cultivo integral andino, señala que en estos sembríos convivían una serie de plantas, con calendarios propios que promovían el bienestar y la armonía de los habitantes originales de estas tierras.
Para los ancestros, la chacra era la proveedora de comida para las personas, animales y también fuente de remedios, asegura Juan Echarri, en su tesis de grado en la especialidad de Ingeniería Agrónoma. La investigación se titula: Rescate de las técnicas incaicas y cañaris en los sistemas de producción agropecuaria.
El investigador agrega que, en los pueblos de los Andes regía “una sociedad agrocéntrica más que antropocéntrica; el bienestar de una comunidad se medía por la satisfacción o el beneficio agrícola que le daba a una sociedad”. (O)