Bocaditos, snacks y tamales, los más pedidos en cuarentena
Días después de haber comenzado el encierro debido a la pandemia, Raúl Bermeo comenzó con un proyecto de venta de bocaditos de sal y dulce, mientras que otros emprendedores hacían lo mismo y recorrían Cuenca con sus vehículos comercializando sus productos.
“El Chili”, así le conocen sus amigos, trabajaba como comentarista deportivo, pero al paralizarse el campeonato nacional y todo evento deportivo, no le quedó más que “hacer algo para sobrevivir”, como él mismo lo indica.
Acudió donde un pariente y le compraba toda la producción de roscas, magdalenas, deditos, entre otros bocaditos. “Nos fue muy bien, la gente nos pedía constantemente, en especial los aplanchados y los deditos de chocolate”, señaló Raúl.
Ahora se alejó un poco del negocio porque -según él- las ventas comenzaron a bajar debido a que volvió el semáforo amarillo y los ciudadanos ya pueden -con las medidas de seguridad- llegar a comprar personalmente estas delicias.
Wilton Solís no paró en esta época de pandemia. Su trabajo era hacer papitas fritas, yucas fritas, maní de sal y de dulce con ajonjolí, chifles de sal y de dulce, como también papitas fritas para poner en la sopa, todo con registro sanitario y con el nombre de D’Santy.
Los pedidos aún los recibe mediante WhatsApp y entrega a domicilio en el menor tiempo posible. “Tuve acogida y llegaron nuevos clientes”, dijo Solís.
En tanto Santiago Sánchez emprendió en la venta de golosinas, y en la de tamales y sánduches.
Su trabajo comenzó en plena pandemia y aún continúa porque sus clientes le siguen haciendo pedidos.
Su mejor momento fue cuando las redes sociales empezaron a apoyarlo y darle el empujón que necesitaba.
“Comenzamos haciendo para la casa, de ahí nació la idea. Lo que más les gusta a las personas son los tamales y las tortas”, dijo Sánchez, quien indicó que en estos días disminuyó la venta por el cambio de semáforo.
“Nos ayudó y mucho. Hemos logrado superar estos malos momentos”, acotó. (I)