En pleno siglo XXI, en un sector de la ciudadanía aún persiste la creencia en amuletos y talismanes como ‘herramientas’ de protección. Cuenca no es la excepción y todavía existen sitios donde las personas pueden comprar estos objetos con los que creen que pueden hacer realidad sus deseos.

Estos elementos, para quienes creen en ellos, sirven para alejar a los “demonios” y “las malas intenciones”. Estos objetos cargados de energía, mineral, vegetal o animal pueden incluso “atraer” a la persona anhelada o “alejar” a quienes desean el mal.

Hay quienes llevan en el cuerpo elementos como escapularios o crucifijos, pentagramas (estrella de 5 puntas), ojos de venado, monedas chinas, entre otros. También hay quienes cuelgan en sus hogares —para protección y fortuna— sábila, atrapasueños, herraduras, tréboles de 4 hojas, patas de conejo.

En contraposición, hay quienes piensan que todo depende de la autoestima, de creer en uno mismo y no del poder que le demos a estos elementos.

Paúl Jara es sacerdote de la parroquia de Fátima, al sur de Cuenca, manifiesta que el tema de los amuletos y talismanes es controversial y puede herir susceptibilidades, “en muchos casos hay gente que piensa que tomando agua de manzanilla puede curar un dolor de estómago, pero cuando vamos al médico este desconoce la manzanilla porque sabe que tal vez el problema es una gastritis o una bacteria que genera un malestar serio dentro del cuerpo”, indica.

El religioso explica que muchas veces la gente acude a estos objetos, “porque no cree en sí misma, en sus posibilidades, en sus capacidades, entonces necesita que algo la sostenga, que le dé seguridad, porque no son capaces de hacerlo por sí mismos”.

Existe una serie de situaciones que desde la Iglesia se han creado para brindar este tipo de seguridades en la vida de las personas indica Jara y agrega que, lamentablemente, la gente busca en lugares donde no está una respuesta clara, por la falta de conocimiento en lo que uno es y de esto se aprovechan las personas para manipular a la gente inocente que aún existe.

En la calle Gran Colombia se ubica el consultorio de José V. conocido bajo el seudónimo de ‘Profesor Jaflomar’, se considera parapsicólogo con más de 40 años de experiencia. Afirma que el amuleto es un objeto que tiene propiedades mágicas inherentes. El talismán de origen árabe, por ejemplo, es de consagración, está cargado con poderes mágicos por una razón concreta, “tienen que ser ovalados y contener figuras que representan, con exactitud, la armonía de las fuerzas universales”, indica.
Según él, “se puede conseguir un amuleto en una joyería, pero es una joya nada más, un simple adorno; es nuestro propio poder y deseo lo que le da fuerza”, señala, y afirma que hay que prepararlos con elementos esotéricos que son “lo escondido y que muy pocos conocen”.

José señala que un amuleto se prepara de acuerdo con cada requerimiento, “cada ser es un universo distinto, puede ser el mismo amuleto con distintos matices, hay que personalizarlo. Por ejemplo el talismán de Tutankamon es muy favorable para los choferes. Los que ayudan en el amor se preparan en el mes de abril; para la suerte se los consagra al planeta Marte, que es el dios de la guerra, hay que saber cómo están alineados los planetas, de acuerdo con estos elementos se puede fabricar un amuleto o un talismán”, señala.

Marcia Huilga, oriunda de Machala, vende amuletos en la plaza San Francisco, afirma que sus clientes son de todo estrato social, por lo general le visitan cuando están “hechos el daño”, muy enfermos, ojeados, asustados, con mala suerte en los negocios o con problemas en una relación amorosa. Los amuletos más solicitados son las manillas de color rojo con las pepas de San Pedro y semillas de cabalonga para niños y adultos, poderosas para absorber el mal aire y el susto; el costo varía entre $ 3 y $ 6. (O)

Datos

Elvia Astudillo vende rosarios y escapularios al pie de la Catedral de la Inmaculada; ella explica que la gente los compra por devoción y en busca de la protección de Dios.

Los ciudadanos creen que por miedo, necesidad, creencia o protección, los amuletos y talismanes están presentes en el convivir de la gente y es por eso que tratan de adquirirlos bajo cualquier precio.

Ani Machuca practica la meditación. Ella manifiesta que en el cuerpo tenemos 7 chacras (puntos de energía). En la frente se ubica el sexto sentido, el de la intuición, por lo que lleva colocada una piedra.

Teodoro Segarra es gnóstico. Usa un penta-grama (estrella de 5 puntas), que representa al ser humano. El pico del medio es la cabeza; las 2 puntas hacia el piso, los pies y las puntas laterales, los brazos abiertos.