El vapor de mercurio, gas que sirve para el funcionamiento de los focos ahorradores, puede causar afecciones en el sistema nervioso central y periférico, pulmones, riñones, piel y ojos de los seres humanos.

Por ello, la Empresa Eléctrica Regional Centro Sur, inició una campaña de reciclaje de las bombillas de este tipo.

La primera etapa de este plan  iniciará en el cantón Cuenca, mientras que la segunda se desarrollará en las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago.

El punto de recepción de los focos será el edificio matriz de la empresa, ubicado en la av. Max Uhle y Paseo de los Cañaris.

En 2009, esta entidad, en coordinación con el Ministerio de Electricidad y Energía Renovable (MEER), entregaron a la ciudadanía 800 mil unidades que garantizaban el ahorro en el consumo eléctrico.

Sin embargo, estudios revelan que en la actualidad la vida útil de estas, que es de 60 mil horas, estaría a punto de finalizar.

“En las mínimas concentraciones que tienen las lámparas no trae dificultades, pero si hablamos de la gran cantidad que se cambió hace 5 años, el problema puede ser considerable”, manifestó, Javier Serrano, presidente ejecutivo de la Centrosur.

Proceso

Una vez que las bombillas lleguen al punto de reciclaje serán introducidas en una máquina para iniciar la sustracción de los distintos componentes: metal, vidrio y vapor de mercurio. Los 2 primeros van a una misma cápsula, mientras que el otro tiene un tratamiento especial.

“El vapor de mercurio se encapsula. Estamos en conversaciones con un gestor internacional para que ellos lo conviertan en mercurio y lo utilicen para otros fines”, comentó Juan Vásquez, director de gestión ambiental de la entidad.