Pareciera que para los machaleños es común ver los embutidos, la carne, pollos y otros productos perecibles, guindar de ganchos oxidados a pocos metros de aguas putrefactas. Algo que se vive a diario en el denominado Mercado Central de la capital orense, donde unos 2.300 vendedores informales ofrecen sus productos a lo largo de 20 cuadras del casco central, lo que contrasta con la regeneración de calles como la 25 de Junio, Junín y Rocafuerte.

“Este mercado es el patito feo de Machala. Tengo 45 años y desde que me acuerdo se vendía en las calles, pero antes no había tantas alcantarillas rebosantes, ahora el olor es insoportable en algunos tramos”, se lamenta Julio Reyes, morador del barrio La Unión de Puerto Bolívar, quien realiza todos los domingos las compras para el hogar.

Las comidas preparadas, ropa, artículos y carne comparten calles y espacios uno de lado del otro, debido a que no existe distribución adecuada de los espacios para la venta de víveres.

Al desorden se suman los taxis y buses que se las ingenian para circular en los reducidos espacios que dejan los vendedores; lo hacen por tramos de las calles Olmedo y Juan Montalvo que no están habilitadas, calles estrechas como la Guabo, Junín, Pasaje que se han convertido en la vitrina de decenas de comerciantes minoristas.

En el sector además existen ventas de mariscos, que permanecen expuestos en tinas y lavacaras llenas de agua, sin respetar la cadena de frío.

Limones, naranjas, mandarinas, plátano verde y maduro, papayas, yuca, se exhiben sobre el sucio suelo sin los mínimos cuidados; las aceras también las recorren perros callejeros que dejan sus excrementos por todas partes, las ratas proliferan e incluso se dejan ver durante el día.

En un recorrido de este diario, se pudo constatar que uno de los problemas más graves de salubridad es el colapso de las alcantarillas, las cuales ya tienen más de 30 años de uso.

Alfredo Castillo es vendedor de pollos, para llegar a su puesto las personas tienen que pasar por gran cantidad de lodo. Cuenta que ese no es el lugar perfecto para vender, pero “qué se puede hacer, este es nuestro trabajo y no nos queda de otra”, se lamenta.

El Ministerio de Salud Pública obliga a los comerciantes a tomar medidas higiénicas, realizarse exámenes y portar una tarjeta de salud, sin embargo, estas órdenes son prácticamente ignoradas.

Los comerciantes no dan por perdida la lucha para que se construya un mercado multifuncional.

Muchos consideran que el viejo aeropuerto sería el lugar ideal donde se lo haga y al que podrían trasladarse todos los vendedores informales que llevan años en las calles de la capital orense.

En este invierno, el Mercado Central se ha inundado en tres ocasiones. Las lluvias visibilizaron nuevamente el problema de las alcantarillas, pozas y basura y en medio de todo ello los comerciantes expusieron los productos de primera necesidad.

El 85% del sector comercial de la capital orense trabaja en precarias condiciones, dijo en su momento el procurador síndico del Municipio, Fernando Apolo.

A principios de año, el alcalde de la ciudad, Carlos Falquez Aguilar, ya hablaba de la construcción del Multiplaza; sin embargo, el proyecto que aún no despega.

“Estamos conscientes de que vendemos los productos en medio de la insalubridad y sabemos también que algún día tendremos que dejar las calles. No nos oponemos a la regeneración, pero antes de eso (el Municipio) tiene que darnos las garantías necesarias para ir a trabajar a otro lugar y poder vender nuestros productos”, dijo Efraín Soto, representante de la Federación de Comerciantes Minoristas de Machala.

“Hay que reconocer que las cosas son más baratas aquí en este mercado. Nuestra economía no alcanza para ir a un supermercado. Todos sabemos que hay mucha contaminación, pero es donde me alcanza el dinero”, comentó, por su parte, una compradora.

El Municipio advierte que deben salir de las calles

Luego de 240 días de estar paralizada la regeneración de la calle Páez (centro de la ciudad), el cabildo machaleño retomó los trabajos, en el tramo comprendido entre Páez y Junín.

Según el Municipio, los comerciantes informales del sector han mostrado su negativa a dejar la zona, lo que perjudica el normal desarrollo de los trabajos.

La comerciante Sonia Ordóñez, miembro de la Asociación de Vendedores de Mariscos 8 de Octubre, explicó que desde hace 23 años trabajan en la vía pública, porque no hay un lugar adonde puedan ir todos.

En agosto de 2014, el Cabildo los trasladó al mercado Buenos Aires, al oeste de Machala, donde estuvieron 15 días, pero volvieron a las vías.

“El derecho de los 280 mil machaleños de contar con una ciudad moderna, no puede truncarse ante el capricho de un centenar de comerciantes (vendedores de mariscos) acostumbrados a trabajar en la calle junto al lodo y a las aguas servidas”, aseveró el Burgomaestre, quien agregó que la regeneración de la calle Páez se “hará realidad opóngase quien se oponga”.

Dijo que para que los comerciantes no se perjudiquen, construirá el Multiplaza. (I)