120 vendedores hacen que esta sea una de las fiestas religiosas más ‘dulces’
La fiesta de Corpus Christi (Cuerpo de Cristo) religiosamente enmarca la posibilidad para proclamar y aumentar la fe de los devotos a la Iglesia católica.
Hay quienes, en cambio, asumen esta fecha como una oportunidad para comercializar decenas de dulces con distintos colores y sabores.
La mayoría de ellos ha tomado este negocio como herencia de sus antepasados y en la actualidad elaboran y venden los tradicionales dulces de Corpus Christi.
Mayra Íñiguez y Diego Campoverde tienen un local ubicado en la esquina de Tomás Ordóñez y San Blas, junto al parque que lleva el mismo nombre de esta última.
En estos días, cuando esta fiesta religiosa y cultural está en su apogeo, ellos se encargan de preparar los dulces desde las 08:00 hasta las 02:00.
“Ambos sabemos hacer de todo. En estos días estamos con bastante trabajo, pero hay que aprovechar la fecha”, comentó Diego.
Su madre, María Jara, fue quien le enseñó a preparar estos productos cuando él fue adolescente. A su vez, su progenitora recibió los tips de preparación de su abuela, María Luisa Jiménez.
“Con mi esposo ya somos la cuarta generación en hacer los corpus”, expresó Mayra.
Contó que tras su matrimonio aprendió a elaborar los dulces, algo que le resultó fácil, pues no se requiere de exagerada habilidad, aunque sí de concentración.
Las roscas confitadas, las cocadas de leche, los borrachitos, las quesadillas, roscas de yema, panes de viento, arepas, higos confitados, suspiros y cocadas de paila son parte de las alternativas que ellos tienen para sus clientes.
Incluso en estos días entregan al por mayor a unas 6 comerciantes que colocaron sus carpas en los portales de las calles Luis Cordero y Benigno Malo, y en las aceras de la Mariscal Sucre.
“Nosotros diariamente hacemos en promedio unas 200 unidades de cada uno de los productos. A veces más, sobre todo ahora que nuestros clientes nos lo piden. En estos días la producción aumentó un 30%”, finalizó Diego.
45 años de tradición
Hace casi 50 años, Rocío Juca aprendió a hacer los dulces de Corpus Christi. En esos tiempos trabajaba con las madres oblatas, quienes fueron sus maestras.
Varias razones confluyeron para que 5 años después decidiera emprender su propio negocio.
Con el paso del tiempo realizó una sociedad con su hermano Juan y sus parientes, Rigoberto Urgilés, Manuel y Diana Verdugo, quienes contribuyen en la preparación de los dulces en la actualidad.
“Los años de experiencia que tenemos nos permiten brindar un producto que le gusta a la gente”, comentó Rocío.
Entre las variedades que presenta este negocio, ubicado en Vargas Machuca entre Presidente Córdova están las quesadillas, las roscas confitadas, el pan de viento y los huevitos de maní.
Rocío comentó que cada día hacen alrededor de 300 unidades de diferentes dulces. “En estos días estamos haciendo más porque la gente que se va a ubicar en el parque Calderón nos ha pedido”, resaltó.
Además, dijo que sus productos llegan al exterior, pues constantemente los vende a gente que viaja hacia Estados Unidos y Europa a visitar a sus familiares.
Para ello cuentan con canastas de paja toquilla en las que colocan los productos para garantizar una mejor presentación.
Una fuente de ingresos
Andrea Palacios es una comerciante de los dulces de Corpus Christi desde hace 20 años. Desde el jueves ocupa una de las 120 carpas que el Municipio de Cuenca habilitó en los alrededores del parque Calderón para la comercialización de estos productos.
Palacios manifestó que por las ventas de los dulces durante los siete días de esta festividad obtiene un ingreso de aproximadamente 400 dólares, que sirven para mantener a su familia.