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La Intendencia ha duplicado los controles

1.200 cuencanos multados por beber en la calle

La ordenanza para el control de los espacios públicos, que indica que no se puede ingerir alcohol en la vía, está en vigencia hace 10 meses. Foto: Fernando Machado / El Telégrafo
La ordenanza para el control de los espacios públicos, que indica que no se puede ingerir alcohol en la vía, está en vigencia hace 10 meses. Foto: Fernando Machado / El Telégrafo
21 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción Regional Sur

Más de 1.200 boletas se elaboraron en contra de quienes consumían bebidas alcohólicas en espacios públicos de Cuenca desde que entró en vigencia la ordenanza que regula el correcto comportamiento en estos espacios.

La normativa, que fue aprobada en septiembre del año pasado, incluye sanciones económicas a quienes la infrinjan.

Según Guillermo Cobo, comandante de la Guardia Ciudadana, “poco a poco, las personas van tomando en serio esta disposición. Son 180 personas que tenemos a nuestro cuidado los espacios públicos y también el levantamiento de las boletas que son tramitadas hasta el comisario de turno, para las sanciones correspondientes”, dijo.

La ordenanza, que consta de 17 artículos, ayuda en el control del consumo de licor en los espacios públicos de la ciudad. En el trabajo colaboran la Guardia Ciudadana, en coordinación con la Policía Nacional y otros organismos.

Además se regula la venta de bebidas alcohólicas en la madrugada (horario permitido hasta las 02:00 los fines de semana). Pese a los controles, hay quienes buscan las formas de evadir la ley.

“Lo bueno de trabajar a estas horas (en la madrugada) es que puedo ganar más dinero. Los clientes no se molestan en pagar dos o tres dólares más de lo normal, además es difícil encontrar trago a estas horas”, dice uno de los dueños de un local que prefiere guardar su identidad para evitar sanciones.

Ante la pregunta de que si los controles policiales le han quitado clientela, sonríe y responde: “al contrario, parece que ha aumentado. Es que los clientes se dan formas para llegar acá. Dejan los carros unas cuadras antes y vienen a pie para evitar que los policías los vean comprando trago”.

A pocos metros de su local hay otra tienda, en la cual también se expende licor en las horas no permitidas. El dueño atiende a partir de las 19:00.

A este vendedor nocturno no le preocupa el tema de la ordenanza y afirma que las personas no van a dejar de comprarle: “Usted sabe que la gente es necia”, indica el dueño de la tienda.

El concejal Xavier Barrera manifestó que en estos 10 meses se ha trabajado intensamente para evitar la venta de licor en la madrugada y para que las personas no liben en los espacios públicos, pero que hay falencias en el control.

Uno de estos vacíos, afirmó, es que se entregan permisos para el funcionamiento de tiendas, las que al final terminan vendiendo licor.

“Allí hay que reforzar el trabajo. Se debe ser más fuerte en la entrega de permisos”, indicó Barrera, agregando que en los eventos masivos ha disminuido el consumo de alcohol. También señaló que se ha notado la disminución de bebedores, sobre todo de los parques Totoracocha y Monay.

La intendenta de Policía de Azuay, Viviana Bueno, dijo que el trabajo de esta dependencia se ha duplicado en los últimos meses y que los locales que venden licor en la madrugada, varios de estos, ya han sido sancionados. (I)

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