Las festividades se iniciaron con el tradicional pregón el pasado viernes
Los ibarreños celebran 409 años de fundación de su ciudad
Ibarra, la capital de la provincia de Imbabura, fue fundada en 1606 por el capitán Cristóbal de Troya y Pinque y 2 siglos después fue reconocida por el libertador Simón Bolívar como capital de la provincia de Imbabura.
Cristóbal de Troya fue vecino, encomendero y Regidor de Quito, por mandato de Don Miguel de Ibarra, VI presidente en la serie cronológica de la Real Audiencia de San Francisco de Quito.
Son 5 parroquias las que componen este cantón: San Francisco, El Sagrario, Alpachaca, Caranqui y Priorato.
Muchos la conocen como ‘ciudad blanca’ por sus fachadas y por los asentamientos de españoles y portugueses en la villa.
Otros la llaman ‘ciudad a la que siempre se vuelve’ por su clima veraniego y la amabilidad de sus habitantes. Para otros, es la ‘bohemia del norte’ por su gente abierta al arte y a la música. Todos coinciden en que Ibarra es una ciudad hospitalaria.
La urbe se encuentra edificada en las faldas del volcán que lleva el mismo nombre de la provincia. Uno de los sitios más visitados en Ibarra es el centro histórico, al igual que el Obelisco, monumento que al entrar en la ciudad recibe a los visitantes.
En sus 4 costados se encuentran grabados los nombres de los fundadores de la ciudad.
La Esquina del Coco forma parte de la historia de Ibarra, en este sitio, a pesar de la devastación del terremoto (1868), una palmera de coco siguió en pie. Actualmente forma parte del proyecto de regeneración urbana. También está el antiguo Cuartel de Infantería que vale la pena ser visto por su sobrio estilo de construcción en ladrillo y piedra.
Una de las parroquias más visitadas de esta ciudad es Caranqui, donde se encontraron reliquias arqueológicas de los pueblos que se resistieron a los incas. En este sector hay viviendas de la época anterior al terremoto, un tributo a los incas, el museo del sol (localizado bajo el templo del sol), la tradicional iglesia con una pintura que representa al infierno. (I)