La crianza de alpacas se ha convertido en una nueva alternativa de desarrollo para los pobladores de Zuleta, una comunidad ubicada en la provincia de Imbabura.
El proyecto de crianza de alpacas forma parte de una actividad comercial que sustenta a decenas de familias de la localidad, pues incluye el bordado y la elaboración de prendas de vestir propias de la Sierra ecuatoriana.

El negocio empezó como un proyecto ambiental que buscaba preservar y proteger los páramos de Imbabura; en el proceso se incorporó la alpaca, que —frente a otros animales— no afecta ese tipo de ecosistema. Además, las pisadas de los camélidos no compactan el suelo, porque sus patas son más ligeras y suaves, a diferencia de otras especies.

Con la lana de las alpacas también se elaboran diferentes prendas. Para garantizar la calidad de estas, los artesanos prefieren a los animales adultos por el volumen de su pelaje, el cual debe estar entre los 12 y 15 centímetros de largo antes de ser trasquilado.

A la esquilada del animal se le conoce como la “cosecha de la lana” y la fibra que se obtiene no se comercializa, sino que se transforma en lana para posteriormente ser distribuida entre las mujeres que se dedican al tejido de las prendas sin la ayuda de ninguna maquinaria.

El proceso arranca con la transformación de la fibra obtenida de la alpaca en hilo, una tarea que también se hacía de forma manual pero demandaba mucho tiempo. Por ello se resolvió enviar la fibra a un centro especializado, donde cuentan no solo con las herramientas para agilizar el procedimiento, sino con el conocimiento para preservar la calidad del hilo.

Por otro lado, la idea de incursionar en este negocio tuvo que ajustarse a las condiciones que trajo consigo la globalización. Hoy, más de 300 familias de Zuleta trabajan en equipo en varios oficios artesanales, de los cuales se destaca la elaboración de prendas tejidas. (I)