Cuando se refiere a temas de autoeliminación, la atención se brinda al paciente y a sus familiares
En hospital de Tulcán se refuerza el trabajo de ayuda contra la depresión
Ibarra.-
El hospital Luis Gabriel Dávila de Tulcán (Carchi) cuenta con una unidad de salud mental completa con los servicios de psiquiatría, psicorehabilitación y psicología clínica, atendidos por 6 profesionales.
Estos tratan patologías como: depresión, ansiedad, problemas de aprendizaje, trastornos psiquiátricos, trastorno de adaptación de 08:00 a 17:00 de lunes a viernes.
Más de 1.500 personas fueron atendidas en los primeros 5 meses de este año en ese espacio de la casa de salud. Mientras que de enero a septiembre de 2016, fueron atendidos 3.287 personas.
De los 1.500 pacientes de este año, 400 presentaban síntomas depresivos en diverso grado.
Paola Guevara, psicóloga clínica y jefa del área de salud mental del hospital, especificó que entre enero y mayo pasados acudieron 1.511 personas con cuadros de este tipo.
Entre ellas, 282 presentaban distimia (trastorno depresivo crónico); 115 pacientes tenían episodios depresivos moderados y 10 se trataron de intentos de suicidio. Sin embargo, algo que inquieta a los psicólogos son los intentos de suicidio que en los últimos meses han sumado 10 en la capital provincial y que fueron tratados en el mismo hospital.
En estos casos, no solo el paciente sino también sus familiares recibieron ayuda profesional tanto física como psicológica.
Hace un mes, ‘Pablo’ fue atendido en esa unidad. El joven de 16 años intentó autoeliminarse, colgándose con una bufanda. Tras percatarse del hecho, sus familiares lo socorrieron y lo trasladaron al Luis G. Dávila.
‘Pablo’ fue uno de quienes se salvaron, pero la suerte fue distinta para otros. En lo que va del año, 9 personas (8 hombres y 1 mujer) consumaron el suicidio.
De acuerdo con información de la Policía del Carchi, el método más utilizado fue el ahorcamiento, seguido de la ingestión de fungicidas.
Entre las causas de los casos de suicidio prevalecen los problemas económicos y los sentimentales.
El suicidio es más frecuente en personas menores de 45 años. Los hombres que lo intentan, por lo general, tienen éxito; en tanto que los casos de mujeres suelen terminar, en buena medida, en intentos.
A decir de la especialista, es necesario identificar la etapa en la que se encuentra el potencial suicida: ideas, gestos e intentos.
En base de esto se determina el tipo de ayuda que se prestará: ambulatorio; hospitalización con acompañamiento; supervisión durante las 24 horas; manejo de fármacos o tratamiento familiar.
Sea que el intento de suicidio se consume o no, las secuelas permanecen por largo tiempo. En el caso de las personas que mueren, sus allegados encuentran dificultades para superar el hecho.
Ese es el caso de Miguel Q., quien hace poco perdió a un sobrino en esas circunstancias. “Es una muerte incomprensible que nos afectó a todos. Tenemos más preguntas que respuestas y es muy dolorosa la recuperación. Por eso hay que estar pendientes de todas las señales que nos dan nuestros familiares antes de suicidarse”, relató.
Otro caso es el de ‘Marcela’, quien hace 2 años perdió a un primo. “Estuvimos con ayuda de psicólogos en el hospital; también contratamos a psicólogos privados. Pero solo Dios nos ayuda a sobrellevar este dolor, aunque creo que nunca lo superaremos del todo” sostuvo la mujer.
Desde 2009, el Ministerio de Salud Pública (MSP) reforzó la cobertura a través del área de salud mental e incorporó un modelo comunitario para mejorar la atención a los pacientes. (I)