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4 años después del sismo, en 1872, 550 familias optaron por reconstruir
El Retorno simboliza el renacimiento de Ibarra
Unos 550 sobrevivientes del terremoto en Ibarra, Imbabura, ocurrido el 16 de agosto de 1868, se convirtieron en el eje reconstructor y refundador de la nueva ciudad. En la denominada esquina del coco, en las calles Oviedo y Sucre, una estatua de Gabriel García Moreno, que era el jefe civil y militar de la época, de tamaño natural evoca el trabajo del nuevo trazado urbanístico de la ciudad, como parte del proceso de la reconstrucción de la urbe.
De acuerdo con Fanny Cisneros, responsable del museo del Centro Cultural Ibarra del Ministerio de Cultura y Patrimonio, la ciudad empezó a reedificarse desde esta esquina, con un trazado cuadrangular y calles con 13 metros de ancho. Aquí hay el dicho ‘ciudad a la que siempre se vuelve’, pensando en el esfuerzo de los sobrevivientes.
En el museo del Centro Cultural Ibarra, a pocos pasos de esta reconocida esquina, donde se levanta una palmera de coco, una galería fotográfica muestra los daños que dejó el terremoto de esa época. Cisneros explica que los cerca de 550 sobrevivientes se fueron a vivir en los llanos de Santa María de la Esperanza pero regresaron 4 años después de la tragedia a Ibarra con la idea de reconstruirla.
El regreso de los sobrevivientes, suscitado el 28 de abril de 1872, se conoce como El Retorno. Esta es una fecha muy importante que busca conmemorar la reconstrucción de la ciudad con el precepto de identidad del terremoto, indica Gastón Andrango, coordinador del Centro Cultural El Cuartel.
Con una ceremonia religiosa, se dio inicio a la nueva Ibarra, que ahora luce creciente y hospitalaria. De ahí la denominación de la fiesta El Retorno, como una de las más connotadas de la capital imbabureña, luego de las de fundación que se cumplen en septiembre.
Cada año, a través de eventos artísticos y culturales organizados por el Cabildo se fortalece la identidad respecto a la refundación de Ibarra. Según Andrango, debemos recordar que las provincias de Carchi e Imbabura sufrieron uno de los más devastadores episodios en la historia de Ecuador.
En el lapso de 10 horas se registraron 2 eventos sísmicos de gran magnitud que destruyeron casi la totalidad de las edificaciones cercanas a los epicentros y dejaron miles de víctimas mortales.
Para Andrango es muy acertado el planteamiento sobre la memoria y contexto de la refundación de Ibarra. Por esta razón, el pasado 28 de abril en los patios del Centro Cultural El Cuartel, con la presencia de autoridades civiles, militares, eclesiásticas y representantes de la sociedad civil, se efectuó la conmemoración de los 144 años de El Retorno, con el minuto cívico, colocación de ofrendas florales, sesión solemne, condecoraciones y la misa campal del Tedeum.
Cisneros cree que para la reconstrucción, García Moreno distribuyó 1.300 pesos entre las poblaciones de Ibarra, Atuntaqui, Otavalo, Cotacachi, San Antonio, Mira, El Ángel, este fue el terremoto más grande en la Sierra norte, mencionó.
Antes del desastre sísmico de Ibarra, el 15 de agosto de 1868, a las 16:00, un terremoto suscitado entre Mira y El Ángel (actual Carchi), fue la antesala para que a la madrugada del 16 de agosto, un nuevo terremoto asolara a Ibarra, según refirió Cisneros por escritos de García Moreno. Cerca de 50 mil personas habrían quedado en la indigencia a lo largo de lo que actualmente es la provincia de Imbabura.
Andrango indica que un grupo de ilustres personajes, entre ellos Juan Manuel España, Mariano Acosta, Manuel Pasquel, José Nicolás Vacas y Rafael Peñaherrera, plantean el regreso para reiniciar la reconstrucción. En tanto que García Moreno distribuyó los recursos necesarios para el trabajo, iniciándolo desde la ‘esquina del coco’, un sector que quedó en pie en la ciudad.
Sin embargo, en la época de la reconstrucción, uno de los requerimientos que se tomó en cuenta fue la donación de cal para aplacar las epidemias por los miles de muertos, surgieron enfermedades y las casas se pintaron con cal para evitar la proliferación de pestes, “es una de las razones por la que se denomina ciudad blanca a Ibarra” dijo Cisneros.
Álvaro Castillo Aguirre, alcalde de Ibarra durante los homenajes por los 144 años de El Retorno, manifestó que las heridas abiertas por la naturaleza, tanto en 1868 como la del pasado 16 de abril del presente año, deben irse cerrando, “las heridas y las distancias políticas en este país deben irse acortando para lograr las acciones emprendidas en busca del desarrollo de los pueblos”, señaló.
Actualmente, 2 cuadros del pintor Rafael Troya se exponen en el museo del Centro Cultural El Cuartel y representan las secuelas del terremoto y la reconstrucción de la ciudad después de la tragedia. (I)