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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La Uleam va tras un préstamo de $ 55 millones

El edificio del parqueadero fue rescatado con trabajos de colocación de disipadores sísmocos cuya tecnología se aplica en construcciones de Chile.
El edificio del parqueadero fue rescatado con trabajos de colocación de disipadores sísmocos cuya tecnología se aplica en construcciones de Chile.
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A los tres años del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter, la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam), recupera parte de su infraestructura. Este centro de estudios superiores fue el más golpeado por el sismo entre Manabí y Esmeraldas.

Según el rector Miguel Camino, los daños suman $ 80 millones. El Gobierno asignó $ 5,5. Con esos recursos se logró recuperar 210 de las 300 aulas que quedaron dañadas. Además se demolieron 10 edificios. Se necesitan cerca de $ 70 millones para dejar al ciento por ciento operativos tanto el campus central ubicado en Manta y las extensiones ubicadas en el norte de la provincia.

Camino asegura que el Gobierno de acuerdo a sus posibilidades los está atendiendo. La Uleam, por iniciativa propia, busca a través de entidades internacionales un crédito por $ 55 millones para continuar con la reconstrucción que avanza lenta debido a la limitante de los recursos. A través de la entidad internacional Miyamoto, la Uleam viene gestionado el crédito.

“Solo estamos esperando la respuesta del Gobierno, por el aval soberano que es uno de los requisitos más importantes en este tipo de créditos”. Sería el primer préstamo de este tipo que Miyamoto otorgaría en el mundo, pues este es un caso excepcional, debido a los daños extremos que causó el sismo.

Para Camino, el terremoto permitió dinamizar la actividad académica. El evento natural dejó lecciones especialmente en cómo se debe diseñar en zonas donde existen siempre riesgos de sismicidad.

A pesar de los daños ocasionados por el movimiento telúrico, la Uleam no dejó de funcionar. “Nos acomodamos como se pudo, en algunos casos los estudiantes de algunas carreras fueron derivados hacia otros edificios, hubo un poco de molestias en principio, pero todos nos adaptamos y seguimos adelante”, comentó el estudiante de arquitectura Alejandro Arias. (I)

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