La sequía malogró 49.000 hectáreas de maíz en Manabí
Los agricultores de los cantones Jipijapa, 24 de Mayo, Paján, Tosagua, Junín, Bolívar y Chone, tienen problemas por la falta de agua para que el maíz alcance los niveles de desarrollo.
Según Joffre Quimís, presidente de los maiceros de la provincia, la situación es alarmante.
“De las 70.000 hectáreas que se sembraron en la provincia, el 70% (49.000) se estropeó, por el déficit hídrico”, expresó Frank García, funcionario del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) en Manabí.
El panorama, por ejemplo, en Jipijapa es preocupante. “Invertimos sobre los $ 1.500 por hectárea, la naturaleza nos jugó mal esta vez, lo único que nos queda es esperar el pago del Seguro Agrícola”, afirmó acongojado Quimís.
“La madrugada del 23 de abril (ayer) cayó una lluvia moderada en la provincia. Sin embargo, las precipitaciones llegaron muy tarde para los maiceros”, aseguró el dirigente agrícola.
En la mayoría de casos las plantas no cumplieron el proceso. Algunas llegaron a exponer la mecha, incluso se desarrolló la mazorca, pero faltó el llenado del grano. “Hasta ahí se quedó, estamos devastados; fue un año decepcionante para el sector”, reseñó Quimís.
Quienes sembraron a inicios de febrero y cuyas plantaciones están ubicadas en zonas con mayor densidad de humedad tuvieron mejor suerte. Ese es el caso del agricultor Marcos Navarrete, quien sembró 10 hectáreas en la zona Miguelillo, de la parroquia Calderón, de Portoviejo, en el sureste de Manabí.
“Primero sembramos ocho hectáreas a fines de enero, esas plantas se desarrollaron con normalidad, ahora estamos en plena cosecha, las otras dos hectáreas que sembramos a fines de febrero no tuvieron mejor suerte por la falta de lluvias”.
Navarrete invirtió $ 1.200 en cada hectárea y aspira a tener una ganancia leve. Algo parecido sucede en la zona Las Mercedes, del sector La Sequita, del cantón Montecristi. Ahí, quienes sembraron se beneficiaron del agua que llega a través del acueducto La Esperanza-El Aromo.
Evelin Baque, quien vive en la zona, comentó que el riego de la mayoría de maizales fue a través de aspersión y hasta goteo.
Hay incluso iniciativas de varios agricultores que optaron por la construcción de albarradas a cielo abierto, donde acopian el agua y por goteo riegan sus plantas. Han diversificado en otros cultivos de ciclo corto, como guanábana.
La mayoría de los 20.000 maiceros de Manabí, según Quimís, hizo préstamos a BanEcuador para la siembra, aquí la esperanza es perder menos porque la mayor parte contrató créditos, pero con el Seguro Agrícola.
“Aspiramos a recibir al menos $ 800 por hectárea, eso es lo que nos debe pagar la aseguradora”.
Para García, funcionario del MAG, la falta de lluvias es un factor que cogió de sorpresa a los agricultores, “ahí están las consecuencias del cambio climático. La situación de los maiceros fue muy incómoda este año”.
La semana pasada los maiceros de Manabí se reunieron en Jipijapa. Según Quimís, solicitaron al Gobierno que se declare el sector en emergencia por la sequía.
Ahora, mientras esperan una respuesta, los campesinos evalúan las pérdidas, sin dejar de mirar al futuro por mejores cosechas. (I)
Kits
Pocas lluvias desde marzo
La falta de agua se evidenció desde mediados de marzo del presente año, no ha llovido especialmente en las zonas secas, en las del suroeste, de la provincia.
28 mil kits agrícolas asignó el Gobierno a los productores de la provincia de Manabí.
El seguro agrícola
Los agricultores comentan que el Seguro Agrícola les devuelve entre $ 400 y $ 500, pero no están de acuerdo. (I)