La calle Eloy Alfaro, una de las principales arterias viales de Pedernales (Manabí), intenta recuperar desde el viernes su tradicional movimiento. Varios comercios que estaban cerrados desde el 16 de abril tras el sismo, reabrieron sus puertas.

Ese fue el caso del local ‘Frutas y Verduras Rosita’, propiedad de Rosa Cashabamba, ambateña radicada desde hace 28 años en la población manabita.
Dicho negocio está ubicado en la esquina de Eloy Alfaro y 27 de Noviembre. Retomó su actividad y lo hizo con cautela: ofrecía unas cuantas libras de cebolla paiteña (colorada) y frutas como papayas y babacos.

La comerciante tungurahuense esperaba constatar el retorno de clientes antes de pedir otra carga de productos, que se los trae un pariente desde la Sierra y del mismo Litoral.

Rosita dice que mantiene el susto por el sismo y también la pena, pues perdió la mayoría de las pertenencias que tenía con el colapso de la vivienda que arrendaba. Además, 5 parientes y allegados murieron, entre ellos una de sus nueras.

Hoy, la ambateña y su familia viven en uno de los campamentos improvisados con paredes y techos de tela y plástico. A pesar de las pérdidas, doña Rosa dice que “la vida tiene que continuar y no queda más remedio que seguir trabajando”.

El sentimiento es compartido por otros emprendedores que ocupan locales vecinos al lugar. La cuadra de la Eloy Alfaro entre 27 de Noviembre y la Plaza Central está llena de negocios.

El hecho de que los locales estuvieran en la primera planta evitó que sufrieran daños considerables, a pesar de que en algunos casos los pisos superiores muestran destrozos.

La ubicación del espacio comercial en una de las ‘zonas 0’ de Pedernales hace que la electricidad no haya sido restablecida todavía en el área.

Eso permite que el personal y la maquinaria que trabajan en la remoción de escombros en las cercanías lo hagan sin preocuparse de toparse con algún cable tanto colgado como en el suelo. Por ello, los comercios que requieren energía para funcionar (congeladoras y refrigeradoras), instalaron generadores portátiles. Ese es el caso de la sucursal de una cadena nacional de farmacias y cárnicos Mavier.

Pero los negocios de la parte central no son los únicos que empiezan a abrir. Ocurre también en otras zonas menos golpeadas por el sismo. Comercios dedicados a la venta de insumos para la producción agropecuaria, de camarones y de pesca reanudaron actividades. En cambio, los negocios que siguen cerrados son bares y restaurantes ubicados frente a la playa.

Entre tanto, organizaciones de la sociedad civil ayudan a los comerciantes playeros mientras encuentran otra forma de subsistir. El viernes, por ejemplo, una familia lojana cocinó y les repartió almuerzos. (I)