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varias características, como la amabilidad, hospitalidad y generosidad de su gente, se conjugan entre estos grupos

Manabí, una tierra única, conformada por cholos y montuvios

Las tradiciones montuvias son celebradas grandemente en rodeos y fiestas que acogen a miles de personas de diversas partes de la provincia y el país.
Las tradiciones montuvias son celebradas grandemente en rodeos y fiestas que acogen a miles de personas de diversas partes de la provincia y el país.
25 de octubre de 2015 - 00:00

Se plantea pensar al pueblo manabita como un conjunto que sustente  un origen particular dentro de uno mayor que es la Costa ecuatoriana del siglo XXI.

Hablamos de un pueblo manabita. Uno que está formado por individuos en los que la unidad de territorio de origen, historia, cultura, costumbres o idioma crea la conciencia de una identidad y un destino común. En el caso de Manabí, tiene una identidad y origen común. Así lo he venido argumentando desde hace algunos años.

El pueblo manabita está conformado por cholos y montuvios. Por pueblo se entiende al conjunto de personas de una nación. Es una voz que proviene del latín populus. El romano Marco Tulio Cicerón definió “pueblo” como “la asociación basada en el consentimiento del derecho y en la comunidad de intereses” (año 54 a. C.). Se hace la diferencia del demos, voz de origen griego que también significa “pueblo” porque está más referido al concepto de “pueblo político”, tal es el caso de “demo-cracia”: gobierno del pueblo.

Por cholo debe entenderse al habitante ribereño de la Costa ecuatoriana cuyos ancestros provienen de los habitantes prehispánicos de estas tierras quienes evolucionaron política, económica y culturalmente hasta constituir pueblos organizados como señoríos, ligas de mercaderes y culturas como la cultura  manteña.

Cuando se crea la provincia de Manabí, con 3 cantones, se reconoce la existencia de las ciudades de Jipijapa y Montecristi, llamadas “pueblos de indios”, y de Portoviejo identificada como ciudad habitada por españoles.

Montuvio es el habitante del campo manabita, muchas de sus costumbres tienen orígenes prehispánicos. El montuvio es una persona afable, educada y generosa, que habita principalmente en los campos manabitas. También habita la costa sur de Esmeraldas y norte de Guayas. Su identidad étnica es heredera de las antiguas culturas manteño–huancavilcas, cuyos testimonios arqueológicos corresponden a los vestigios de la Valdivia que se sustenta en los rastros encontrados en Las Vegas, Santa Elena, que datan de 10 mil años antes de Cristo.

El pueblo manabita, está integrado por cholos y montuvios. Los cholos en las riberas del mar; los montuvios en los valles y tabladas manabitas. Los cholos sustentan su economía en la pesca y sus industrias; los montuvios en la agropecuaria y en la agroindustria.

Ambos son artesanos: los unos tejen las hebras de la paja toquilla para elaborar sombreros finos; los otros tejen las hebras de la mocora para elaborar sombreros y petates. Son libres, pero no saben que son libres porque nunca fueron sometidos ni humillados, ni forzados a trabajar contra su voluntad.

Viven, saben vivir y comparten su alegría alrededor de sus fiestas cholas o campesinas. Los unos se reúnen alrededor de la Fiesta de San Pedro y San Pablo, los otros alrededor del niño Dios para celebrar sus chigualos.

Todos guitarrean los amorfinos, degustan el aguardiente, bailan sueltos y agarrados, según las circunstancias; son generosos y abundantes en sus comidas, pero eso sí, guardan “venganzas” por varias generaciones.

Cholos y montuvios habitan la Costa ecuatoriana, tienen origen común, costumbres, hábitos, economías e indicadores de cultura e identidad similares.

Cosmogonía costeña

Hablamos de una cosmogonía costeña. Si bien, cosmogonía es una teoría que trata sobre el origen y organización del universo, nuestra propuesta académica se reduce a costeña, cosmogonía costeña, para referirla a la Costa ecuatoriana, para enfatizar en la urgente necesidad de comprendernos los habitantes de esta región ecuatoriana, de reconocer nuestros orígenes y organización diversos, en la realidad sociopolítica cultural del Ecuador de hoy. Somos una diversidad en la unidad costeña ecuatoriana.

Considero urgente reconocer nuestras formas de vida, actividad socioeconómica, nuestra memoria histórica, nuestro patrimonio cultural material e inmaterial, de manera que no solo seamos una región geográfica o una división político-territorial, sino una identidad cultural que reclama ser individualizada, reconocida y afirmada en toda su amplitud frente al estado cultural de Ecuador, donde la cultura central y andina se resiste a reconocer la otredad ecuatoriana.

Los costeños también pensamos y nuestra manera de ser merece reconocimiento y no catalogada como inferior por los “hacedores” de la cultura nacional.

El pueblo montuvio

La vigésima tercera edición del Diccionario de la Lengua Española (DILE -anteriormente DRAE-) incluyó la palabra “montuvio” (con uve) para designar al “campesino de la costa”; también repite el término “montubio” (con b) para designar a una “persona montaraz, grosera”.

En 2004, Ángel Loor, decano de la Facultad Ciencias de la Comunicación de la Universidad Particular San Gregorio de Portoviejo, convocó a los manabitas a observar las 2 acepciones de la palabra “montubio” e inició gestiones para que se incluya en el DILE el término “montuvio” e “impedir que la globalización aplaste las raíces manabitas”.
Con los docentes Juan Vergara (escritor juninense) y  Fernando Pérez (periodista profesional), coincidieron en afirmar que montuvio  significa “habitante del campo de la Costa ecuatoriana”.

Su aspiración era que “la RAE (Real Academia Española) añada al uso la palabra montuvio para, a escala mundial, figurar con una identidad cultural propia. Tenemos que evitar la destrucción de nuestra diversidad”. Además convocaron a Susana Cordero de Espinosa, integrante de la RAE en Ecuador, para solicitarle que inicie gestiones en este sentido.

En enero pasado, doña Susana publicó en un medio de comunicación escrito su artículo ‘Montubio, no: montuvio’, relatando su reunión en Portoviejo de hace 10 años y la emoción que le manifestó Ángel Loor al observar que la palabra “montuvio” consta en la edición 23 del diccionario de la RAE.

Gran satisfacción sintió  Ángel Loor al ver incluido el término en el DILE con marca Ecuador, con “su propia y única acepción de campesino de la costa”.

Significante y significado

La palabra es un signo lingüístico que vincula entre sí 2 aspectos de un mismo fenómeno: el elemento fónico-acústico y el concepto asociado con él. Estas 2 palabras: montuvio, montubio y sus conceptos, conducen también a una observación fonética de la “v” y la “b”.

Al respecto, Ferdinand Saussure asume el “signo” como una “diada”, un compuesto de 2 elementos íntimamente relacionados entre sí: el significante, la representación sensorial de algo, en nuestro caso, la palabra montuvio o montubio, compuesta de letras; y, el significado, es decir, su acepción en el diccionario y/o su concepto. Ambas cosas: significante y significado, se asocian en nuestra mente.

Charles Pierce agrega un tercer elemento: “referencia” para construir el triángulo semiótico: significante, significado y referencia.

De allí que, montuvio (significante), como campesino de la costa (significado y referencia); y montubio (significante) como persona montaraz, grosera (significado), se asocian en nuestra mente como un signo lingüístico, como combinación del concepto y de la imagen acústica.

Conclusión

Concluiré recordando al semiólogo Roland Barthes: “Los escritores deben contribuir para que su público sea más consciente de la sociedad en la que vive”.

Concluiré repitiendo al antropólogo Claude Lévi-Strauss: “Las estructuras no son realidades concretas, sino más bien modelos cognitivos de la realidad que sirven al hombre en su vida cotidiana.”

Concluiré afirmando que los manabitas tenemos más de mil años construyendo nuestra identidad, (aunque en todos los periodos de estos más de mil años no nos hayamos llamado Manabí la unidad de un solo pueblo sí ha estado presente) identidad que debemos asumirla como una ideología chola–montuvia sustentada en la territorialidad para convertirla en la cosmogonía costeña de Ecuador. (O)

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