La Armada del Ecuador mantiene activo su plan SAR (búsqueda y rescate) para obtener datos que apunten al hallazgo de Carlos Gamboa, Tyron Aguayo  y Marco Zambrano.

Ellos fueron reportados como desaparecidos en el mar el pasado 22 de diciembre, fecha en la que sus familiares pusieron la denuncia en la Capitanía del Puerto de Manta.

Sobre el caso, el teniente de Navío Freddy Pavón, jefe de operaciones de la institución marítima, dijo que la denuncia la pusieron los allegados luego de cuatro días que no sabían nada de sus familiares. Lo que conocían es la posición, que estaban a 180 millas de Manta.

“Estamos haciendo todos los esfuerzos de búsqueda. El jueves salió un avión de exploración marítima. Igual nosotros tenemos que hacer un consolidado de todas las acciones y esfuerzos y búsquedas que se han hecho y remitirle al centro de salvamento nacional para que ellos evalúen e indiquen qué acciones vamos a seguir”, dijo.

Pavón indicó que la embarcación en la que salieron los náufragos no tenía permiso para zarpar y que uno de los tripulantes no contaba con los papeles en regla para salir de pesca. Este es uno de los 22 casos que se registraron el año pasado sobre  el riesgo de  la vida humana en el mar. En ese número están incluidas 16 activaciones del plan SAR, que es un sistema en el cual se emplean los medios marítimos (lanchas y aeronaves para exploración aeromarítima) para realizar la búsqueda.

En el caso de los náufragos  Freddy Triviño y Carlos Quijije, quienes estaban desaparecidos desde el 24 de diciembre de 2015  y que arribaron a Manta el jueves pasado, Pavón comentó que uno de los sobrevivientes dijo que tenían GPS y se alejaron del barco, pero que se les perdió el arte de pesca, al centrarse en la búsqueda se descuidaron de mantener el contacto y al regresar al punto la embarcación se había movido.

“Entonces allí hay fallas de procedimiento. La recomendación sería que si ellos se alejan de un barco nodriza siempre deben hacer chequeos de radio, tener clara la posición del barco, uno no puede alejarse más allá de lo que le permiten las comunicaciones”, expresó.

Luis Alberto Valencia lleva más de una década como pescador.  Realiza su faena con otros dos tripulantes en una lancha que se aleja de las costas aproximadamente 50 millas. Ayer él chequeaba el motor, la radio, los chalecos y el equipo de primeros auxilios para salir el lunes a trabajar.   

Aseguró que en los años que lleva de experiencia en el oficio no ha tenido riesgos en el mar.

Tiene en su mente aquellas recomendaciones del curso OMI, donde entre otros temas, le explicaron lo que deben hacer en caso de un naufragio. “No debemos tener pánico, tratar de estar juntos y cargar chalecos”, aseguró. Uno de sus compañeros es Gonzalo Delgado, quien aseguró que siempre está pendiente de salir seguro al mar.

Ángel Marín, quien es de Jaramijó, explicó que ellos siempre escuchan las recomendaciones del capitán del barco Long Line, en el que trabajan. “Todos nos cuidamos”, acotó.

Para salir de pesca, las fibras tienen provisiones hasta para tres días. Por lo general, los pescadores llevan agua, arroz, galletas, atún, un horno y madera en trozos para cocinar. (I)