En el próximo feriado, 5 de los 12 balnearios principales de Manta contarán con rescatistas
Los salvavidas insisten en la importancia de respetar la señalética sobre el estado del mar
Jhon Ruiz lleva sus pies llenos de arena. Ha caminado algunos metros en la playa El Murciélago. Se detiene y a lo lejos ve reventar olas grandes. Levanta su mirada y ve flamear la bandera roja. Se abstiene de bañarse y decide contemplar, junto con su familia, el paisaje por unos minutos antes de regresar a su casa, ubicada en Tarqui.
El rescatista Pablo Banguera, integrante de la Fundación Salvares de Manta, explica que la bandera roja indica que está prohibido ingresar al mar debido al aguaje. Cuando el oleaje es fuerte, los salvavidas explican a los bañistas las razones por las que no se deben entrar al mar.
Usan silbatos como prevención. Cada pitada tiene un significado. Un siseo es prevención, mientras que pitadas seguidas es para que los salvavidas de las torres estén atentos para ayudar en un rescate acuático.
Diego Casquete, directivo principal de Salvares, comenta que en este mes se han registrado algunos rescates en el mar, especialmente de personas que ingresan sin tomar las medidas de precaución adecuadas.
Su equipo de salvavidas por el momento está programando su estrategia de trabajo para carnaval (del 7 al 9 de febrero) temporada en la que habrá un aguaje fuerte, que se prolongará hasta el 12 de ese mes. Allí, los socorristas van a precautelar la seguridad en las playas El Murciélago, Los Esteros, Tarqui, Santa Marianita y San Mateo.
Lamenta que haya personas que se sustraen las banderas, como ha pasado ya en 3 ocasiones en la playa de Los Esteros. Si retiran estas señales, el bañista que no conoce el estado del mar puede ingresar en un aguaje y poner su vida en riesgo, por ello los salvavidas llaman a la reflexión a los ciudadanos.
Los rescatistas colaboran con el equipamiento que tienen como boyas torpedos y aletas. Les faltan herramientas, como una moto acuática y una lancha.
“Tenemos un bote, pero está dañado, no sirve”, refiere el presidente de la fundación. Entre semana, los rescatistas permanecen en El Murciélago cubriendo turnos rotativos. Pero los fines de semana y feriados arman un plan para cubrir los balnearios de Manta que reciben mayor cantidad de visitas.
Salvavidas están hasta las 18:00
El horario de permanencia de los rescatistas en la playa es de 08:30 a 18:00. Diez minutos antes de terminar su tarea comienzan a sacar a las personas del mar.
El surfista René Burgos asegura que a los tablistas les ha tocado rescatar a personas, luego de que cumplen su jornada los salvavidas. “Hay bañistas que se quedan hasta tarde y ponen en peligro sus vidas”, explica Burgos.
René dice que antes de ‘desafiar las olas’ surfeando revisa el portal www.surfline.com .“Quienes administran esta página tienen boyas en el Pacífico, con las que miden el tamaño de oleajes cuando se acercan a las costas. Con ello nosotros ya sabemos la intensidad con que van a venir. Cada oleaje demora 6 días en arribar y cuando vienen del Norte se sabe que habrá cerca de 8 a 10 días de olas”, explica.
Burgos indica que la playa El Murciélago es un balneario donde revientan las olas en la orilla. Esas son más peligrosas para los bañistas, recalca, porque son ondas muy sensibles. “Las olas pegan sobre el muelle y las regresa, entonces esa combinación forma resacas”, dice.
En caso de caer en una resaca, Burgos sugiere que el bañista retroceda y evite coger las olas.
“Nosotros, con la práctica diaria, reconocemos dónde está el peligro en las playas. Por ejemplo, en El Murciélago cuando hay oleajes casi nadie va. Nosotros sabemos hasta qué punto podemos entrar. En caso de que me caiga, siempre me quedo allí mismo y tengo chance de salir”, señala el surfista.
Bañistas como Roberto Loor comentan que es importante que las personas acaten las sugerencias de los rescatistas.
“Escuchar los consejos es lo mejor para evitar las emergencias como las que sucedieron el pasado fin de semana, cuando hubo 5 rescatados en El Murciélago. Cuando escucho que hay aguaje, no me acerco a la playa, solo voy cuando sé que el mar está sereno”, indica Loor, quien se dedica a la venta de helados. (I)