A pocos pasos del cauce del río Burro se levanta la casa de María Solórzano, quien vive en el  barrio Miraflores (centroeste de Manta).

Sentada en el portal dice que aspira a que la próxima temporada de lluvias no cause inundaciones como acontece, por lo general.

Desde el 10 de julio de 2019 observa cómo las maquinarias retiran lodo, malezas y basura acumulada en el cauce que une a los ríos Burro y Manta en su desembocadura hacia el mar.

Los trabajos buscan recuperar la profundidad de los afluentes y beneficiarán a 10 mil moradores de los barrios La Ensenadita, Miraflores, 5 de Junio y 8 de Enero. 

Las labores las ejecuta un equipo técnico ambiental del Gobierno Municipal y la Empresa Pública Aguas de Manta (EPAM), con el apoyo del Gobierno Provincial, que facilitó una retroexcavadora de brazo largo.

Funcionarios de la EPAM informaron que a la fecha se han retirado 5.500 toneladas de lodo del cauce que une a ambos ríos, lo que equivale a un 55% de avance. La misión es extraer 10 mil toneladas de fango hasta noviembre. 

Todo el material extraído es llevado en cuatro volquetas, cada una de 8 metros cúbicos, hasta un sitio cercano a las lagunas de oxidación en el suroeste de la urbe. Ahí se depositan en fosas hechas para darle un tratamiento técnico ambiental (se le coloca cal e insumos) que mitigan la expansión de olores. 

Cristhian Quijije visita su propiedad ubicada en el barrio Miraflores de vez en cuando. Él salió de la zona hace 15 años  debido, justamente, a anegamientos e insalubridad.

Muestra satisfacción por los trabajos y espera que los problemas terminen con ellos, al menos temporalmente.

Cada jornada se avanza unos 10 metros y para poder ingresar las maquinarias han construido un terraplén. 

En estos sectores los habitantes han conformado un grupo que fiscaliza y está pendiente de la tarea de desazolve.

Fernando Cedeño, actual presidente de los Barrios Unidos, que integra a 11 sectores de la margen del río Manta, forma parte de la entidad.

Rememora que por los años 80 la zona se inundaba porque no había muros de gaviones, pero en este 2019 ocurrió el anegamiento por el azolve bastante alto y la presencia de malezas, sumado al hecho de que hay una tubería que no deja sacar el lodo.

“Entendemos que los trabajos que se están haciendo ahora son por etapa debido a la cuestión económica. Nos gusta que se está llegando a los sectores”, dice un habitante de la zona.

El ambientalista Jorge Moreira señala que se trata de una  buena tarea de prevención.

“El desazolve ayuda a que no se generen criaderos de mosquitos. Estos son ríos de lluvias. Cuando deja de llover se secan,  pero debido a los estancamientos o los vertederos de alcantarillado suele dejar charco y eso sirve de criadero para larvas. Lo que están haciendo es buscando conexiones clandestinas de alcantarillado y tapar porque el agua queda encharcada”.

El ciudadano Miguel Morales refirió que con la limpieza que se realiza la contaminación se ha minimizado y no hay tantos mosquitos.

“Aquí se veía montes, bichos, hasta zorros. Hoy todo está despejado”. (I)