Pese al fuerte temporal invernal en Ecuador, las obras levantadas luego del terremoto del 16 de abril de 2016 no han tenido problemas.  Esto lo detalla el secretario técnico de la Reconstrucción de Manabí y Esmeraldas, Carlos Bernal, en una entrevista con EL TELÉGRAFO.

Indica, además, que la reconstrucción no se detiene, “como en toda obra normal alguna complicación surge, pero se supera pese a las condiciones adversas del temporal”.

¿El fuerte invierno ha afectado algunas obras hechas por el Comité de Reconstrucción? ¿se han presentado problemas?

Con mucha satisfacción debo decir que las obras que se han construido atienden las normativas ecuatorianas de construcción; y no bastando esto, también cumplimos normas internacionales de construcción, que en algunos campos son más exigentes. Esto ha permitido que pasemos el invierno de manera satisfactoria en la reconstrucción de viviendas, hospitales, centros de salud, que se han inaugurado y que no han sufrido problemas por el temporal.

Sobre todo hay infraestructuras construidas con anterioridad. Existen proyectos multipropósito, como en el caso del cantón Chone, que han evitado que las ciudades queden totalmente anegadas, si comparamos los efectos del invierno que vive Perú sabríamos determinar claramente que la situación fuera realmente  complicada y devastadora.

¿La reconstrucción sigue pese a la lluvia? ¿se han paralizado obras?

No. No se detienen. Se puede generar -como en toda obra normal- alguna complicación, pero se supera. Si la lluvia es intensa la sugerencia, hasta por seguridad de los trabajadores, es suspender y parar. Ha sucedido un par de ocasiones, pero los métodos constructivos modernos que se utilizan permiten avanzar rápido, entonces no se paraliza por lluvia, pueden avanzar.

¿En los albergues, cómo se ha superado el tema de las lluvias?

El invierno en los albergues nos ha puesto a correr, porque siempre nuestro objetivo ha sido toda la atención en estos. A las personas no les falta nada. Evidentemente están en carpas, tienen atención de salud, psicológica, agua y saneamiento e higiene.

Estamos conscientes de que sigue siendo una carpa y el invierno ha sido tratado con las respectivas obras de drenaje. Evidentemente tienen todas las facilidades, pero sabemos y estamos conscientes de que una casa no se compara con una carpa, por ello hacemos el mayor esfuerzo constante y permanente para que las personas rápidamente tengan sus hogares.  

¿Cuántos albergues funcionan en la actualidad?

Comenzamos con 30 y una población que superó en su momento las 12.500 personas. Hoy día tenemos 15 albergues, es decir hemos disminuido el número de albergados a 50% y la población ha bajado más, porque todavía tenemos menos de 4.000 personas.

Esto representa estar un poco menos de 30% de la población inicial y ha sido gracias a las políticas claras y aplicadas de manera oportuna, ya que en los albergues las personas han salido paulatinamente gracias a los bonos de alquiler y alimentación, que son una medida transitoria hasta que acceden a su solución definitiva de vivienda.

¿En estos albergues qué otras  medidas emergentes se tomaron durante las lluvias?

Los albergues son sitios temporales que a pesar de que tienen todos los servicios y las medidas de contingencia, siempre obliga que estemos pendientes. Quiero contar que hay todo un modelo de gestión y un responsable por cada cosa, si se presenta el día de mañana una situación de infraestructura y de drenaje por el tema de las lluvias, rápidamente se accede a una solución y eso ha permitido tener una atención, una acogida con dignidad de las personas en los albergues.

Reiteramos que todavía sigue siendo una carpa y nuestro objetivo es que, hasta el final del  Gobierno, podamos cerrar esos 15 albergues que faltan. Esas cerca de 4.000 personas que todavía siguen en ellos tendrán una solución definitiva de vivienda o una solución definitiva para que puedan salir rápidamente antes de entregar el período de Gobierno. (I)