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El Telégrafo
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Aprendió la receta para preparar la medicina de su padre, Marcelino

La pomada y las manos de Publio, una combinación que combate la artritis

El jipijapense Publio Falconí lleva 40 años aliviando el dolor a pacientes de distintos puntos del país. FOTO: RODOLFO PÁRRAGA / EL  TELÉGRAFO
El jipijapense Publio Falconí lleva 40 años aliviando el dolor a pacientes de distintos puntos del país. FOTO: RODOLFO PÁRRAGA / EL TELÉGRAFO
04 de octubre de 2015 - 00:00 - Redacción Regional Manabí

Sentada frente al televisor, Mariana Barreto trata de distraerse por un rato y dejar de lado el dolor de su rodilla izquierda, pero no lo logra. Sus piernas se mueven poco, por lo que piensa una y otra vez antes de pararse del mueble de la sala de su casa. Debe tomar impulso para levantarse y empezar a caminar, eso sí, con dificultad. Ya son 2 décadas que un problema de artritis ha complicado su salud.

Su hija le habló sobre un personaje de Jjipijapa que cura dolencias con una pomada, la cual es un potente analgésico antiinflamatorio. Aunque incrédula, Mariana cede a ponerse en las manos de Publio Falconí, quien le dice que su producto le dará resultados inmediatos.

Al final de haberle aplicado la crema, menos de 30 minutos, el dolor desaparece y la mujer se pone de pie y camina. “Me quitó el dolor”, dice con gran algarabía Mariana. Sonríe, hasta quiere llorar de la emoción. Mueve su pierna de un lado a otro. El efecto durará pocos días, ya que la aplicación de la pomada debe ser continua.

Al igual que Mariana, hay más personas que afirman que la crema es efectiva, tal como también lo narra Jaime Baque, ciudadano jipijapense que tuvo una inflamación de menisco en su rodilla derecha y que fue aliviado con la pomada de Falconí.

La pomada está hecha con base en 10 plantas medicinales y no usa ninguna droga. Falconí no revela todos los productos usados en la elaboración, porque le han intentado falsificar la crema. Solo indica que entre sus ellos están el extracto de palo santo, mentol cristalizado y la savia de la higuerilla. “Tiene muchas propiedades”, indica el hombre.  

Aspira a tener su propia fábrica

Falconí planifica, en algún momento, tener su propia fábrica con la cual abriría fuentes de trabajo, para la comunidad jipijapense.

Espera también poder presentar el producto al Gobierno Nacional, con el fin de que su crema sea tomada en cuenta como una medicina certificada y avalada por el Ministerio de Salud Pública.

“Me someto a cualquier prueba con este producto. Sin ningún compromiso pido me pongan a una personas con artritis y se lo hago caminar en 30 minutos”, asevera el terapista de profesión.

Este hombre cuenta que aprendió a preparar la pomada de su padre, Marcelino, pero que él la hacía con menos componentes.

Cuenta que a su progenitor el tratamiento para aliviar al paciente de una manera permanente le tomaba hasta 2 años.

“Yo ahora obtengo esos mismos resultados en un mes. A mi papá le gustaba la medicina natural y me enseñó a hacer esta pomada cuando tenía 12 años. Él solo me descifró sus conocimientos a mí, pues de sus 14 hijos fui el único que lo auxiliaba”, dice.

Para Publio, la receta de la pomada fue una “revelación divina, pues mi papá tenía reumatismo y un día conoció a una señora que le curó las piernas y le enseñó cómo se hacía la pomada. Él me dijo que nunca más la vio y desde ahí pensó que se trataba de la Virgen de Monserrate, de la que se hizo devoto”, refiere.

Cuando Publio alcanzó la mayoría de edad, comenzó a estudiar la pomada y descubrió que su padre solo le ponía 3 elementos medicinales: higuerilla, eucalipto y petróleo.  “Eran unas pomadas que nunca perdieron sus propiedades”, lanza.

A la edad de 22 años, Publio buscó a las personas que tenían reumatismo para ver la evolución con la aplicación de la crema. “Comencé a estudiar los libros de medicina natural, a ver lo que podía servirme”, indica.

El manabita ha visitado países como Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y Estados Unidos presentando su producto, que tiene registro sanitario desde hace 8 años. La pomada tiene por nombre Marart, abreviación del nombre de su padre Marcelino y de artritis.

Expresa que el producto es muy efectivo en quienes practican deportes. “Aumenta del 25% al 30%  la circulación de la sangre. Ayuda a fortalecer las articulaciones”.

Cuando Falconí fue presidente de Liga Cantonal de Jjipijapa, utilizaba su producto en los jugadores y “nunca se le lesionaron, no se acalambraban”, indica.

Hasta aquí sus hijos no se han mostrado con ganas de seguir su legado. “Yo me muero y me voy llevando el secreto de los componentes. Ni siquiera lo tengo escrito”.

Este jipijapense manifiesta que para hacer 500 pomadas se demora 3 horas. Sus principales pacientes están en Guayaquil. En el sector de Urdesa tiene un spa, mientras que en Jipijapa atiende en su vivienda, ubicada en Cristo del Consuelo, los fines de semana.  

Según Falconí, esta medicina natural ayuda a combatir dolores de artritis agudas, contracturas, desgarros musculares, tendinitis, mialgias y dolor neuropático.

Falconí recomienda no mojarse  los 4 días posteriores de la aplicación y que se debe conservar la pomada a temperatura ambiente, no mayor a 35 °C. (I)

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