Mientras limpia sus artesanías (llenas de arena), Eduardo Sánchez ve a su alrededor. Si alguien se acerca a su quiosco, ubicado en la playa El Murciélago, en Manta, de inmediato le enseña pulseras y anillos multicolores de tagua. Espera hacer su última venta del día.

Su jornada la cierra con $ 4 vendidos; “la cosa está dura. Ha mejorado un poquito, porque antes había días totalmente perdidos, en los que no se vendía nada”.

El sol decae, el horizonte es una mezcla de colores: lila, naranja. El atardecer se adueña de El Murciélago. “No pierdo la esperanza. Pero hay unos compañeros que sí han tirado la toalla, en especial los que vienen desde Portoviejo, porque  gastan $ 2 en pasaje. Prefieren no trabajar a hacerlo a pérdida”.

Ulises Bravo también está de retirada. Él vende cigarrillos, chicles, chupetes y demás golosinas hace ocho años en el lugar. “Yo estoy aquí de 11:00 a 19:00 y me hago $10 máximo. Antes del terremoto, hasta $ 40 me llevaba a mi casa, en un día entre semana como hoy (jueves)”.

Este mantense asegura que “hay que aguantar el bache. Un mes estuve sin venir a trabajar, pero la situación mejora poco a poco; tenemos que meterle todas las ganas al trabajo”.

Brenda Terán, directora de Turismo del Municipio de Manta, destaca que la localidad ha tenido un repunte turístico desde agosto pasado, cuando se realizó en la ciudad la competencia deportiva Ironman 70.3 (domingo 28).

“Manta tenía, previo  al terremoto, 6.300 plazas de alojamiento y dos semanas después solo había 400. Pero en agosto, ya estaban habilitadas 5.000, lo que significa que para esa fecha ya teníamos 80% de la plaza hotelera activa”.

La funcionaria acota que tuvo que mediar con el sector turístico, especialmente los hoteleros, para que hagan promociones, con el fin de atraer a los visitantes. “Las primeras semanas tras el terremoto, el escenario era de perder y perder, porque los turistas estaban nerviosos por las réplicas y el sector turístico bajó sus precios”.

En la localidad había 130 establecimientos de hospedaje, entre hoteles, hostales, pensiones, entre otros. En el 16-A cayeron 24 hoteles en la zona de Tarqui, de los cuales 5 ya se han reactivado, en otros sectores de la ciudad.

“En las dos primeras semanas después del terremoto solo contábamos con 400 plazas de alojamiento, pero la recuperación ha sido más rápida de lo que pensábamos. Nuestro sector está unido”.

Terán resalta que la integración incluye la zona rural. “La ampliación de la vía entre Santa Marianita y San Mateo ayudará mucho. Es una zona donde se practican mucho los deportes acuáticos”.

Pedernales será promocionado en medios de comunicación

Los comercios ubicados en el centro de Pedernales reactivaron su economía. Las ventas subieron en comparación a las semanas anteriores.

La actividad en los alrededores del parque contrasta con la realidad hotelera de la localidad, la que aqueja falta de visitantes.

“La próxima semana haremos una gira de medios por Quito para incentivar a las personas para que nos visiten”, destaca Indira Puertas, directora de Turismo de la localidad.

“La ciudad está en movimiento, la mayoría de nuestros turistas son de la Sierra. Estamos llevando a cabo la campaña ‘Pedernales lo hacemos todos’ y la meta es que todo el país se vincule, que cada día vengan más personas a nuestra hermosa ciudad”, dice.

Puertas resalta que sí hay espacios de alojamiento suficientes para recibir a los turistas el próximo feriado (2 al 6 de noviembre). “Habrá diversas actividades para todas las personas”, acota.

En Pedernales hay 2.500 plazas hoteleras habilitadas, de las 7.000 que había previo al terremoto. “La actividad nocturna también se ha reactivado en Pedernales. Tenemos siete chozas en las que los turistas podrán disfrutar del buen ambiente”, manifiesta. (I)

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El presidente extendió el régimen

El estado de excepción será hasta diciembre

Con la finalidad de mitigar riesgos y mejorar la situación de vida de las personas afectadas por el terremoto del pasado 16 de abril, el presidente de la República, Rafael Correa, extendió 60 días más el estado de excepción en las provincias de Manabí y Esmeraldas.

Las entidades de socorro estarán a disposición en las zonas afectadas en caso de que se presente alguna emergencia durante este período.

En el decreto presidencial 1215 se detalla que el estado de excepción rige desde ayer, sin alterar su publicación en el Registro Oficial.

Hasta el momento se registraron 2.634 réplicas del terremoto del 16 de abril pasado. La última ocurrió a las 19:24 del pasado jueves, con una magnitud de 4,1 grados en la escala de Richter. El epicentro del sismo fue en el mar, a 78 kilómetros de distancia de la costa de Bahía de Caráquez.

El Instituto Geofísico notificó que hubo tres movimientos ayer (no relacionados con el terremoto). El primero fue en Arenillas, provincia de El Oro, con una magnitud de 4,4 grados y una profundidad de 10 kilómetros. El movimiento se sintió en toda la provincia.

A las 06:43, con epicentro en Quito. El sismo se sintió más en la zona norte de la urbe. Tuvo una intensidad de 3 grados y una profundidad de 5 km.

“El temblor despertó a más de uno. Esta situación nos recuerda que siempre tenemos que estar atentos ante cualquier desastre natural”, destacó el quiteño Carlos Guchamín, quien se alistaba para dirigirse al trabajo cuando sucedió el movimiento sísmico.

En Guayas hubo otro temblor, a las 09:40, en la localidad de El Empalme. El movimiento tuvo una magnitud de 3,5 grados, con una profundidad de 10 kilómetros. (I)