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El Telégrafo
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Se encuentra en el fondo del mar, hasta los 600 metros de profundidad

La centolla, otra opción para los pescadores

La centolla es un crustáceo gregario, que se reproduce hasta cuatro veces al año. Foto: Tomada de Flickr
La centolla es un crustáceo gregario, que se reproduce hasta cuatro veces al año. Foto: Tomada de Flickr
19 de diciembre de 2015 - 00:00 - Joselías Sánchez Ramos. Historiador

Es imponente. La centolla es una especie de cangrejo gigante, un crustáceo migratorio, un decápodo que habita en aguas frías que se encuentra en el mar del Ecuador. Su captura se realiza en las profundidades, hasta a 600 metros en el fondo del mar.

Habita en estas profundidades porque allí la corriente es más fuerte y acarrea un flujo constante de alimento, plancton y microorganismos, según explican los pescadores del sitio El Abra, en Las Pilas, parroquia San Lorenzo, Manta.

La centolla, cuyo nombre científico es Lithodes santolla, es comercializada en diversos puntos de Manta, especialmente en la entrada de las poblaciones de la zona rural, en la parroquia San Lorenzo, hacia el sur. El sabor de su carne marca la diferencia con el de otros crustáceos, de allí su alta cotización en los mercados internacionales.

Parado en su pequeño quiosco de madera, el comerciante Jorge Alarcón oferta las centollas. Comenta que este crustáceo es uno de los productos más pedidos en El Abra.

Vidal Pilligua y Kléber Espinal se dedican a la pesca de este tipo de marisco. Resaltan que puede ser preparado en sopa o ensalada, acompañada de arroz y otras exquisiteces.

Según la Agenda Productiva de Manabí, la centolla puede ser una especie alternativa a las capturas tradicionales y sobre las cuales el pescador artesanal tiene las adecuadas cualidades para incursionar.

Es un crustáceo gregario, que se reproduce hasta 4 veces al año. Se captura en trampas que se depositan en el fondo del mar.

Entidades como la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Manabí podrían profundizar la investigación marina hacia el conocimiento de nuevas especies, para así tener más alternativas para cuando, por ejemplo, el cangrejo o la langosta estén en temporada de veda.

A estos estudios se podrían sumar investigadores marinos, tecnólogos del Instituto Superior Luis Arboleda Martínez y estudiantes del Instituto técnico y tecnológico del Mar en Jaramijó. (O)

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