Por Milena Parrales Rodríguez, alumna del colegio 5 de Junio

Existen factores de riesgo amenazando la salud e incluso la vida de los adolescentes. La importancia que se concede al aspecto físico en la cultura occidental influye en que muchas personas se sientan descontentas con su imagen.

La belleza física aparece siempre asociada al éxito social y profesional. Las librerías, los programas de televisión, las películas, las publicidades en las calles... todo nos ofrece modelos de un cuerpo ideal y de tallas reducidas.

Los adolescentes son susceptibles frente a las opiniones de los demás, tienen cierta inseguridad respecto a lo que les gusta, seguir modas, cambios físicos y sobre todo el tiempo libre para consumir mucha televisión y ser el blanco favorito de la publicidad. Bien se podría decir que toda persona tiene una queja respecto a su cuerpo.

Ante los estándares de belleza y la lucha por tener el cuerpo perfecto, las personas pueden caer en la anorexia o en la bulimia, 2 extremos ante los cuales alguien puede convertirse en víctima de su propio afán por llegar a tener las medidas perfectas.

La anorexia es un desorden alimenticio y psicológico a la vez, esto va más allá del control del peso, es una obsesión por perderlo. Las personas con este desequilibrio suelen verse pasados de peso siempre, muchas veces sobredimensionando su verdadera fisionomía.

Con respecto a la bulimia, para las personas que tienen este desorden, la comida es una adicción placentera y autodestructiva.

La bulimia es un desorden alimenticio que afecta 10 veces más a las mujeres que a los hombres. Se caracteriza por episodios secretos de excesiva ingestión de alimentos, seguidos por métodos inapropiados para controlar el peso, tales como el vómito autoinducido y la realización de ejercicios demasiado exigentes para el cuerpo.

Entre las medidas para cuidar el peso de una manera correcta están el alimentarse bien y hacer ejercicios al menos media hora al día.