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El Telégrafo
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La Casa Aragonés de Manta lleva un siglo de historia y regeneración

La “Casa Azúa”, también conocida como hotel Aragonés, cumple hoy 100 años desde su construcción. Actualmente funciona allí el Museo Cancebí.
La “Casa Azúa”, también conocida como hotel Aragonés, cumple hoy 100 años desde su construcción. Actualmente funciona allí el Museo Cancebí.
Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
24 de octubre de 2018 - 00:00 - Redacción Ecuador Regional

Manolo Alvarado, de 84 años; Ángel Mieles, de 86 y Pascual Parrales, de 82, se sientan todos los días en el Parque Central de Manta a conversar.

Los tres conocieron de niños cómo era el inmueble del recordado hotel Aragón, que hoy es la infraestructura del Museo Etnográfico Cancebí, que por segunda ocasión reabre sus puertas tras ser restaurado.

La edificación está sobre el malecón de la ciudad, frente al Municipio de Manta (centro de la urbe). “Está bella la casa que ha sido transformada”, indicaba en el diálogo Parrales a sus amigos. El inmueble lo construyó a inicios del siglo XX el manabita Ramón Virgilio Azúa.

La edificación ha tenido diferentes usos durante sus 100 años de historia. Comenzó funcionando en la planta baja (es de dos pisos) la “Casa Azúa”, espacio utilizado en la época para el acopio de productos de exportación como café, tagua, algodón, entre otros.

Luego la convirtieron en el hotel Midlan y posteriormente en la casa de hospedaje Aragón, que muchos llamaron Aragonés.

Desde 2007 esta edificación de la época republicana es propiedad del Municipio de Manta, que la restauró en 2009, abriendo sus puertas como Museo Etnográfico Cancebí. Ahí se exhibe la cultura manabita y del cholo, así como piezas republicanas.

Hace tres meses fue sometida a un mantenimiento integral, adecuándose una nueva área que acoge piezas precolombinas, como lo explica Ángel Cevallos, guía del museo.

La amplia casona, que este miércoles 24 de octubre a las 19:00 será reabierta con un evento cultural, posee 1.300 metros cuadrados; su fachada cuenta con pintorescos balcones falsos de madera, elementos que le dan ese toque republicano al edificio.

El 40% del material con el que se construyó en 1918 se mantiene.

La inversión para esta última readecuación fue de alrededor de $ 40.000. Durante los trabajos se les dio mantenimiento a todos los utensilios, a la madera, también se arregló el sistema de climatización y se modernizó el alumbrado tanto interna como externamente. (I)

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