Entre el bullicio normal de los colegiales destacaba un sonido poco tradicional, se trataba de un maullido, proveniente de uno de los árboles que están en el patio central del centro educativo 5 de Junio, de Manta.

Se trataba de varios gatos recién nacidos que se habían alojado en la base del árbol. El personal de limpieza del plantel colocó cartones en el lugar para que los felinos estén más cómodos. Además, les sirven leche en un pequeño recipiente para que puedan así alimentarse.  

La presencia de los animales no molesta en lo absoluto a los estudiantes ni al desarrollo de sus actividades. Se espera que en los próximos días los gatos sean adoptados.

Ante esta situación bien valdría reflexionar que “ayudar a un ser humano es salvar una vida, pero ayudar a un animal es comprender que es mejor vivir en armonía”.