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El Telégrafo
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Los recicladores llegan desde Portoviejo, Montecristi, Jipijapa y Jaramijó

En la escombrera de Manta trabajan 100 personas

Los trabajos en el vertedero de Manta empiezan desde las 07:00 y se extienden hasta las 17:00.
Los trabajos en el vertedero de Manta empiezan desde las 07:00 y se extienden hasta las 17:00.
Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
14 de julio de 2016 - 00:00 - Redacción Regional Manabí

La polvareda que levantan las volquetas al depositar escombros en el vertedero municipal de Manta no es inconveniente para más de 100 personas que reciclan materiales que les sirven para vender.

En ese grupo está Gardenia García, una joven mujer que luego del terremoto del 16 de abril perdió su casa. Ella acompaña a su esposo, Daniel, todos los días hasta el lugar.

Con los primeros rayos de sol, la pareja sale del sector Lomas de Los Vientos, Portoviejo, donde residen. Tras el viaje, llegan un poco antes de las 08:00 al vertedero de Manta, sitio donde han encontrado su sustento diario.

Gardenia señala que su cónyuge, que es albañil, no tiene trabajo y fue por esa situación que decidieron acercarse al espacio y tomar los hierros, bronce y acero de aquellos escombros que llegan al lugar, tras ser demolidas las viviendas que quedaron afectadas por el terremoto. “Llevamos dos meses en esto”, afirma la mujer, mientras ubica unas varillas en un pilo que está listo para ser vendido a receptores de recicladoras.

Por día se hacen hasta $ 30. El dinero que recaudan les sirven para los gastos en el hogar y para la educación de sus dos hijos.

Al vertedero también llegan diariamente Roddy Chávez y Kléver Bailón, ambos residentes del sector El Palmar, en Manta. Los dos laboraban en una empresa atunera, pero a raíz del cataclismo se quedaron sin empleo y decidieron acudir al muladar. Ya tenían experiencia reciclando, por lo que el trabajo se les hizo fácil.

A la zona arriban personas no solo de Portoviejo y Manta, también de Jaramijó, Jipijapa y Montecristi. En ese grupo de más de 100 recicladores, el 40% vive en la Loma de los Vientos, de la capital manabita.

Aidé Posligua sale desde Portoviejo a las 06:00 con otras vecinas y llega al botadero a las 08:00. Le alentó que el Municipio de Manta  les permitiera trabajar con libre acceso al lugar. La única indicación que les hizo el Gobierno local es que deben usar el equipaje correspondiente, como guantes, botas, gorras y mascarillas. “A diario me hago $ 30. Antes limpiaba casas, pero ahora ya no requieren de mis servicios y por ello estoy en esta tarea”, destaca esta madre soltera.   

Pabla Quijije también recoge lo que encuentre; todos los días lleva dinero a su casa. En una ocasión con otra compañera se hicieron $ 37.

Desde los primeros días, después del terremoto, llegaban al lugar delegados de recicladoras a comprar lo recogido. Uno de ellos es Júnior Roldán, quien compra todo en chatarra. La empresa para la que trabaja invierte a diario cerca de $ 900 para pagar la chatarra.  

Explica que los fierros reciclados han bajado su precio luego del terremoto. Puso como ejemplo que antes el quintal de hierro estaba a $ 14 y ahora está a $ 3. Lleva a la empresa a diario una ‘mula’ de 10 toneladas. “Se hace un solo viaje”.

William Baque también realiza la misma tarea que Júnior. “Nosotros a diario compramos de 15 a 20 toneladas”. Tiene una báscula para pesar el libraje y kilos de chatarra. “Aquí hay personas que llegan a ganarse el pan de cada día. Todos venimos con el fin de sobrevivir; en la actualidad es escaso el trabajo, hay que confiar en Dios en que vendrán mejores días”.

En una de las reuniones del Comité de Operaciones de Emergencia de Manta (COE), el alcalde Jorge Zambrano permitió trabajar a las personas dedicadas al reciclaje en la escombrera.

La escombrera  destinada en el lugar generó fuente de ingreso desde el inicio de demoliciones. “Vimos que una manera de ayudar era dar apertura a los chamberos para que sean parte de ese negocio y tengan un ingreso”, destacó William Navarro, gerente de Costa Limpia, ente que administra el vertedero.

En el lugar se han recibido hasta la fecha 500.000 toneladas de escombros. Son entre 300 a 400 viajes diarios de volquetas que llegan al muladar a dejar los restos de casas afectadas. (I)

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