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Estos alimentos con microorganismos vivos actúan de manera beneficiosa en el tracto gastro-intestinal

El uso de probióticos hace más rentable la producción pecuaria y camaronera

En la provincia de Manabí ya se han hecho pruebas de esta modalidad alimenticia en los camarones criados en piscinas. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
En la provincia de Manabí ya se han hecho pruebas de esta modalidad alimenticia en los camarones criados en piscinas. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
29 de noviembre de 2015 - 00:00

Por Fátima Arteaga Chávez

El crecimiento acelerado de la población mundial en los últimos años y sus perspectivas para los próximos preocupa a los organismos internacionales por la necesidad de satisfacer las exigencias alimentarias.

En medio de este contexto, se lucha por introducir en los sistemas de producción nuevos artículos y tecnologías para la obtención de alimentos más sanos y que al mismo tiempo permitan altas producciones con una sostenibilidad económicamente adecuada.

En relación con lo anterior, en los actuales momentos los microorganismos probióticos (bacterias como Bacillus y Lactobacillus) son alternativas viables para el logro de una respuesta satisfactoria en la crianza de animales con interés económico. La incorporación de estos microorganismos en la dieta alimenticia estimula el fortalecimiento de la flora intestinal, limitando el crecimiento de organismos patógenos y beneficiando al sistema inmune de los animales bajo crianza.

Durante las últimas décadas se desarrolló un conjunto de productos con propiedades distintas a los antibióticos, y que conferían resistencia a los microbios de los animales de granja. Lo anterior obedece al término probiótico, el cual es definido como microorganismos que contribuyen a mantener el equilibrio ecológico favorable en el intestino, originando un buen funcionamiento del sistema inmunológico.

Los animales de granja son muy susceptibles a desbalances bacterianos en el tracto digestivo, lo que conduce a una insuficiente conversión de los nutrientes y al retardo del crecimiento. Para contrarrestar estas dificultades, ocurrió por años que las dietas se suplementaban con antibióticos que son efectivos en la disminución de diarreas, al igual que funcionaban como promotores del crecimiento. Sin embargo, su uso indiscriminado trae como consecuencia que cepas bacterianas patógenas desarrollen resistencia a los antibióticos que se usan para controlarlas.

Una de las consecuencias que se busca vencer y que está presente en los procesos de intensificación de los sistemas de producción son los problemas generados por enfermedades de origen microbiano, los cuales son controlados tradicionalmente mediante la aplicación de antibióticos.

La propiedad de disminuir o eliminar la incidencia de algunos grupos bacterianos, y por consiguiente algunas enfermedades que comúnmente se presentan en los organismos, es uno de los principales objetivos del empleo del probiótico, que actúa principalmente contra bacterias patógenas u oportunistas.

Los probióticos previenen la multiplicación de microorganismos que causan toxinas, las cuales afectan al sistema digestivo del animal; existen algunos probióticos que trabajan con base en su capacidad de producir sustancias antimicrobianas que afectan al microecosistema del intestino, disminuyendo las poblaciones patógenas y evitando enfermedades.

Los probióticos, al ser ingeridos y pasar por el tracto gastrointestinal y/o colonizarlo, usan una serie de enzimas digestivas como sistema de defensa y nutrición bacteriana que ayudan a la digestión de la materia orgánica y proteínas, favoreciendo la absorción, crecimiento y salud.

Cuando se iniciaron los estudios sobre la flora bacteriana existente en el tracto gastrointestinal, se comprobó que estos microorganismos juegan un papel muy importante en la digestión, absorción de los nutrientes y salud del huésped. Esto debido a que son los primeros en llegar al tracto gastrointestinal.

Otro factor importante en este tema es que los microorganismos benéficos son capaces de sintetizar algunas enzimas que ayudan a la digestión de los alimentos en el tracto intestinal, mejorando la absorción de nutrientes. Además, algunas cepas de probióticos producen vitaminas, minerales y algunos ácidos grasos esenciales que el huésped necesita o que facilitan la digestión de los alimentos. Igualmente, la producción de ácido láctico, la cual ocasiona una reducción del pH en el tracto digestivo, creando un ambiente inhóspito para las bacterias patógenas.  

Algunas experiencias prácticas en la provincia de Manabí evidencian un comportamiento productivo satisfactorio. Es el caso de la utilización de probióticos en gallinas ponedoras, en las que el porcentaje de postura, huevos alojados por ave por semana y conversión en huevos por kg de alimento consumido, fue superior al tradicional.

Similar comportamiento se ha observado en cerdos lactantes cuando se incorporó el Lactobacillus salivarius C65, obteniéndose animales con mayor aumento de peso luego de 5 semanas.

Estas investigaciones corroboran que los probióticos actúan de manera beneficiosa en el tracto gastrointestinal, ocupando las poblaciones bacterianas su mucosa y permitiendo mantener un equilibrio ecológico (excluyendo a microorganismos patógenos). Además de la absorción y aprovechamiento de nutrientes de los alimentos, lo que hace que el uso de esta biotecnología sea una alternativa viable para los medianos productores, teniendo como fin una mayor rentabilidad en la producción ganadera. (O)

Datos

Los alimentos probióticos tienen microorganismos vivos adicionados que permanecen activos en el intestino y ejercen importantes efectos fisiológicos.

Cuando se iniciaron los estudios sobre la flora bacteriana existente en el tracto gastrointestinal, se comprobó que estos microorganismos, consumidos en las cantidades adecuadas, juegan un papel muy importante en la digestión, absorción de los nutrientes y salud del huésped.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la definición de probiótico es: “Microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo hospedador”.

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