Sus creaciones han sido vendidas en el extranjero
El shaper de Manta le da su toque especial a las tablas de surf
Días de verano. Las exquisitas olas de California esperaban a competidores. Entre ellos estaba René Burgos. Las desafiaba como si fueran las de su natal Manta, la adrenalina era la misma.
En tiempos libres de las competencias de surf, allá, por 1994, la ‘Rana’, como es conocido Burgos, visitaba los talleres de artesanos para ver de cerca la elaboración de las tablas en Costa Mesa. Le acompañaba su amigo David Delgado.
El interés por ser shaper (término inglés con el que se conoce a los fabricantes de tablas y que traducido al español es “moldeador”) se multiplicaba en el estado californiano. Fue así que Burgos decidió aprender el oficio que ya tenían surfistas de reconocida trayectoria como Jerry Sherman, Larry Mabile y Steve Keisler.
El gusto por ser shaper fue inmediato. Aprendió rápido. Ponía en práctica lo asimilado y cuando regresaba a Manta también lo aplicaba. En 1997 conoció a Richard Aguirre, dueño de una factoría de tablas de surf. Comenzó a trabajar con él. “Él me guió para elaborar tablas de madera hechas en balsa. Hacíamos un intercambio de productos, yo enviaba tablas de madera a Estados Unidos y él me mandaba tablas de allá.
Después se hizo muy difícil la importación y exportación en esos tiempos, por lo que decidí empezar a fabricar las tablas netamente ecuatorianas hace 14 años”, refiere Burgos.
En la mañana, la ‘Rana’ dedica 5 horas a su taller, que actualmente se ubica en el barrio Jesús de Nazaret. El shaper mantense explica que las tablas hechas netamente con madera de balsa dejaron de ser rentables, debido a que su elaboración tarda de 20 a 30 horas.
Ante esto, Burgos ya no importaba tablas, sino solo materiales básicos de Estados Unidos, tales como espuma foam. “Cuando hubo mayor dificultad de importar estos materiales, decidí comenzar a trabajar con productos nacionales”, cuenta el artesano mantense. Desde ese entonces empezó a elaborar las tablas con espuma flex de alta densidad.
“Varios deportistas de la localidad han utilizado mis tablas en diversos torneos. En este momento, mis tablas no le piden favores a los productos internacionales, ya que han superado satisfactoriamente las exigencias de surfistas de alto rendimiento”, detalla René.
Proceso de elaboración
René Burgos no esconde su manera de trabajar. La descifra sin guardar secretos y con total ánimo. Detalla abiertamente los pasos de cómo elaborar una tabla de surf.
Cuenta que su técnica consiste en ponerle una lámina de madera de balsa en el centro de la tabla para darle fuerza. Después de eso empieza a diseñar con cepillos eléctricos. Una vez terminado este paso, que dura unas 2 horas, va la colocación de una tela especial de fibra de vidrio y resina líquida con unas paletas.
Una vez hechas las 2 partes (abajo y arriba) se procede a hacer el “glassin” (técnica para darle mayor equilibrio) con una brocha. Cuando endurece la resina, se lija y, por último, se le da el acabado.
El tiempo que tarda René en fabricar una tabla es 5 horas, trabajo que divide en 2 días, “debido a los procesos de secado”, explica.
El artesano resume que “el primer día se realiza desde el diseño hasta el laminado y de allí se deja secar hasta el día siguiente, para proceder a lijarla”.
El valor de una tabla de surf de las que hace Burgos es de $ 350. Cuando hay órdenes, fabrican hasta 3 tablas por semana. Resalta que solo labora bajo pedido. Sus clientes deben abonar una parte del dinero para que se empiece el trabjo.
Hasta la fecha, la ‘Rana’ registra la fabricación de 1.045 desde que aprendió este oficio, en 1994.
Proyectos para este año
Una de las personas que ha acompañado a René por casi 5 años en la elaboración de las tablas es el artesano y maestro de surf Gilberto Briones. Este deportista cuenta que en los próximos meses arrancarán con un proyecto para elaborar tablas de surf a remo.
Según Briones, el lugar idóneo para la práctica de esta modalidad es la playa de Tarqui. “Para este 2015 también vamos a empezar a fabricar tablas de kite surfing (modalidad en la que utiliza una cometa de tracción). Estamos frente a las costas de Manta, donde se practican deportes extremos y el conocimiento nos da para poder fabricar este producto que tiene demanda local”, explica.
Para Burgos, este proyecto tendrá gran acogida a escala nacional, ya que el kite surfing es uno de los deportes extremos que más adeptos está ganando.
La temporada en la que Burgos vende una mayor cantidad de tablas de surf empieza en noviembre cuando mejora la calidad de las olas. Esta época se mantiene hasta mayo.
El taller funciona de lunes a sábado, en las mañanas. Por las tardes, la ‘Rana’ va a la playa El Murciélago a dar clases de surf.
Cuenta que en los últimos meses se han unido a sus clases personas adultas, en su mayoría profesionales de carreras como Medicina e ingenierías. “Cuando empecé a practicar surf, nunca pensé que sería mi estilo de vida. Es más, nunca me imaginé ser un artesano y fabricar estas tablas, solo lo puse en práctica y ahora soy uno de los shapers del país, agremiado a la Federación de Artesanos”, refiere.
Burgos asegura que la industria del surf es muy grande y que continuará fabricando tablas hasta tener una empresa de deportes extremos frente al mar “y poner en alto el nombre de la ciudad”.