Algunos estibadores cambiaron de oficio
Deudos de víctimas por fuga de amoníaco esperan el montepío
Hace un año, en el puerto de Manta, una fuga de amoníaco en el barco Betty Elizabeth cobró la vida de Jacinto Piguave, Javier Menéndez, Simón Mero y Bérsimo Rosado.
Cerca de 30 personas fueron las afectadas. Meses después, tras las secuelas del accidente, fallecieron Carlos Bonilla, Hólger Nazareno y José Mendoza.
Ángel Lirio, uno de los sobrevivientes, resalta que de aquel 23 de abril de 2014 no se olvidará jamás.
No pudo sobreponerse a los recuerdos de ese instante y decidió cambiar ese oficio por el de albañil. Entre las secuelas están que tiene problemas con la visión, para lo cual sigue un tratamiento.
Santa Mieles y Rosa Colorado, viudas de Bérsimo Rosado y Carlos Bonilla, manifiestan que todos los afectados recibieron la indemnización, pero que esperan se regularice la situación con el cobro del montepío. Igual caso sucede con la familia de Simón Mero.
Sofonías Rezabala, jefe del Cuerpo de Bomberos de Manta,destaca que desde el incidente hasta la actualidad, los estibadores fueron capacitados. “Ellos ya saben qué hacer en caso de que se presente una fuga”, afirma. (I)