Pedernales es la localidad con los trabajos más avanzados
Demoliciones en Manabí se extenderán 2 meses más
Ayer la mañana fue fría, el cambio de clima se acentúa en Manta. Con el día nublado, Teresa Delgado hacía sus oficios en un espacio vacío. El lugar está así desde el pasado 16 de abril, el día del terremoto.
Tres meses atrás, Teresa tenía una tienda y comedor en el barrio Jocay. La estructura colapsó y con ella el esfuerzo de varios años de esta mujer, que además de quedarse sin sus negocios, también perdió su casa, que estaba en la misma edificación. Su propiedad fue demolida días atrás y ahora pasa los días a pocos metros, del sitio, en la casa de una de sus hijas.
Ella trata de no ver lo que antes fue su casa. Cuenta que no ha ido a Tarqui, porque no quiere ver cómo quedó la ‘zona cero’.
Vannesa Zambrano, vecina del sector, también siente desconsuelo y más cuando sus amistades perdieron sus hogares. Solo en la cuadra que vive hay 12 casas que han sido derribadas. Aquello lo cuenta con nostalgia. También se lamenta de la situación Juan Cedeño, cuya vivienda también fue derribada.
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas hasta la semana pasada registraba 3.735 demoliciones en 17 cantones de Manabí. El mayor número corresponde a Manta. En esta ciudad, según registros del Comité de Operaciones de Emergencia local, hay 1.532 edificaciones demolidas a la fecha y más de 300 viviendas que aún están pendientes.
En Portoviejo la cifra, hasta la semana pasada, era de 231 inmuebles demolidos y 26 que le restan por demoler; Pedernales, epicentro del terremoto, tiene un total de 549 demoliciones y le restaba solo una.
Estos números comparativos indican que Manta fue devastada en infraestructura más que cualquier cantón, por el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter. La mayor incidencia de destrucción fue en la parroquia Tarqui, denominada ‘zona cero’, que tuvo 63 manzanas acordonadas y que se están liberando poco a poco.
El gerente de proyectos de la Reconstrucción de Manabí, Marcel Guillén, manifiesta que la afectación de Manta es considerable, especialmente en la parroquia Tarqui. En lo que respecta a la ciudad se la está manejando de forma sectorizada, aunque sigue efectuando liberaciones por parte del Gobierno local.
La inversión generalizada en Manabí en demoliciones es de $ 14 millones, que también comprenden trabajos de plataformas de los albergues. En la provincia faltaría por demoler un 40%. Se ha proyectado que en septiembre culminen las demoliciones autorizadas.
La directora del Departamento de Obras Públicas del Municipio de Manta, Sara Delgado, explica que ellos han recorrido ciudades como Portoviejo y lo que hay acá en Manta “es un caso especial, de que no solamente la ‘zona cero’ está afectada, sino barrios como Jocay, Miraflores, 8 de Enero, Ensenadita y 15 de Septiembre”.
Detalla que en cada sector de la urbe -que son más de 200 barrios- hay mínimo dos viviendas demolidas. “Realmente ha sido grande la afectación y sobre todo sabiendo que no tenemos todavía una estadística final de cuántas casas están afectadas”.
Indica que el Comisario de Construcciones nuevamente ha hecho un recorrido y ha entregado aproximadamente 30 casos al Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) de las familias que están esperando una visita y en otros casos que ya están con sello de demolición, pero que los propietarios no se acercan a tramitar el permiso. (I)
Teresa Delgado, quien perdió con el terremoto un comedor y tienda que tenía en el barrio Jocay, ahora vive con una de sus hijas. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo