El comercio de Portoviejo se reinstaló fuera del centro
Joseph Ismael Verdesoto Saltos, licenciado en Ciencias de la Comunicación y emprendedor, 25 años.
“Aquel 16 de abril me encontraba en el centro de Portoviejo con mi papá, haciendo arreglar un auto que tenía fallas en el radiador y no prendía.
En el momento que el mecánico se acerca para decirme que ya había concluido con la reparación, la tierra comenzó a temblar. Las luces se apagaron, los cables hicieron cortocircuito y las personas empezaron a gritar... “¡Mis hijos! ¿Dónde están?” fue algo que por ahí alcancé a escuchar.
En ese rato pensé en mi familia. Los edificios comenzaban a caerse, pude ver cómo algunos se derrumbaron... Solo atiné a correr.
La escena más fuerte que quedó en mi mente fue ver a las personas arrodilladas en las calles, rezando, pidiendo perdón... Parecía que todo terminaba ahí para nosotros.
Felizmente pude estar con mi familia. Al día siguiente, la situación seguía difícil porque no teníamos comunicación, electricidad, agua, hasta la gasolina escaseaba. Incluso nuestros medios de comunicación, que también resultaron afectados, pudieron hacer muy poco.
Hace algunos años me dedico a DJ aunque por esos días yo trabajaba como locutor en radio. Evidentemente, todo se paralizó tras el terremoto.
Mi mamá es enfermera y durante el estado de excepción ayudó en el hospital. Siempre venía muy impactada por lo que veía y temía por algún brote de virus causado por cadáveres que aún seguían bajo los escombros.
Sentí que todo eso me afectaba y me fui a Riobamba para seguir con mis estudios y mi profesión. Sin embargo, la iniciativa de unos amigos que me pidieron ayuda para un evento benéfico en favor de los afectados, me motivó a regresar a mi ciudad a las pocas semanas.
Las cosas empezaron a mejorar rápidamente. El espíritu de los manabitas es así, siempre solidario y fuerte ante las adversidades.
Los comerciantes comenzaron a buscar nuevos sectores para instalar sus negocios. Eso me motivó a poner un local de comidas rápidas para salir adelante: “Taxi Burger”. Resultó tan buena la idea que ya tengo dos locales y estoy por abrir un tercero.
Fue una excelente decisión regresar. Creer en la ciudad, creer en la gente... Tomé como propósito querer superarme, ponerme el desafío de salir adelante.
Portoviejo ha crecido mucho, se ha visto un cambio increíble, hay un buen desarrollo, los parques se reactivaron. Hay lugares donde se saturan los negocios, tal vez eso deba regularse un poco, pero sigue siendo bueno”. (I)