Manta.-

El turismo colonial resucita en Manta. Lo hace de la mano de la restaurada Casa Rosada, un inmueble patrimonial ubicado sobre el malecón del puerto manabita.

Esta construcción, que data de 1918, está en la puerta de la zona colonial donde se ubican otras 26 edificaciones similares que acaparan el interés de los turistas.

El recorrido empieza en la Casa Rosada, que es la puerta de ingreso de la temática colonial, en la Avenida 1. Esta edificación fue restaurada por iniciativa de su propietaria la empresaria Lucía Fernández. Con una inversión de $ 3’500.000, este inmueble, después de tres años y medio recuperó el esplendor de la zona, sus paredes están plagadas de colores vivos.

En los trabajos de restauración, de la Casa Rosada se conservaron integralmente las fachadas en forma esquinera. Al interior, su estructura metálica y losas alivianadas le dieron el toque de modernidad comentó Miguel Cajape uno de los arquitectos que estuvo al frente del proyecto de recuperación.

Los arcos en la zona de los portales, balcones falsos de la fachada, amplios ventanales ovalados, molduras trabajadas sobre las paredes resaltan el concepto colonial.

El edificio es inteligente, cuenta con adelantos tecnológicos. Sus tres plantas están climatizadas lo que hace de la estancia de los turistas placentera. Tiene tres restaurantes, para desayunos y almuerzos, otro para gastronomía manabita y en la terraza se ofrecen cebiches.

Los turistas nacionales y extranjeros visitan con frecuencia la zona. Quienes arriban a Manta en cruceros caminan por el centro de la urbe donde se concentran los elementos de interés turístico. La Plaza Cívica, el parque de La Madre y el malecón forman parte de la ruta colonial.

Para Lucía Fernández, con la restauración de la Casa Rosada no solo se le da al turismo un valor agregado nuevo, “se entrega a la ciudad un inmueble ícono y sobre todo se devuelve a Manta una parte de su historia”. A 2 metros de la Casa Rosada, está el edificio Aragonés que fue la primera casona patrimonial en ser restaurada, pero, a diferencia de la Casa Rosada, se lo hizo con apoyo del Estado.

Caminando hacia el sureste en el mismo perímetro se puede apreciar la casa Rivera Voelcker entre las avenidas 3 y 4 y calle 12. Es como transportarse hacia los albores de 1900, sobre todo en la Casa Rosada donde el ambiente interior es un vivo ejemplo de los restaurantes con ambientes europeos, comento María Eugenia Pablo, experta en turismo.

Para los turistas de cruceros, recorrer el casco colonial de Manta es muy divertido. Pablo afirma que cuando se venden los tours dentro de los cruceros se les comenta que el trayecto pueden hacerlo con o sin ayuda de un guía, por eso es que a muchos se los ve caminado por la zona.

La Directora de Turismo del Municipio de Manta, Brenda Terán, señaló que los visitantes que llegan en trasatlánticos optan por la riqueza colonial como punto de partida para el inicio de la vista a la ciudad.

La empresaria Lucía Fernández (d), en la planta baja de Casa Rosada, mientras observa el primer desayuno que brindó a un grupo de adultos mayores. Foto: Rodolfo  Párraga / EL TELÉGRAFO

La feria para los cruceristas

La  Plaza Cívica, ubicada a cinco minutos a pie desde el área colonial es el lugar donde se realizan las ferias artesanales para recibir a los turistas que arriban en los navíos. Los comerciantes de artesanías llegan desde la Sierra, Amazonía y la Costa del país para ofrecer sus productos.

Estos son los valores agregados que tiene Manta. En la zona colonial está presente la historia de este cantón que cumplirá este 4 de noviembre 95, susurra Jorge Loor Chávez, habitante del puerto manabita. Enrique Vera Marcillo es un habitué del parque central de la ciudad.

La historia de Manta se empezó a escribir sobre lo que hoy es el malecón de la ciudad.

Las primeras casonas que aún se mantienen en pie son el símbolo de esa historia, entre ellas está la Casa Rosada, explica.

La Casa Aragón, después de haber sido restaurada, se convirtió en sede del museo Cancebí donde se cuenta la historia del cholo pescador de Manta.

Cada bien inmueble colonial, después del terremoto del 16 de abril de 2016 fue valorado por técnicos y se determinó que de una lista previa de 30, cuatro de ellos habían sido afectados por el movimiento telúrico y tuvieron que ser demolidos, comentó Analía Navarrete directora del departamento de  Gestión Cultural y Patrimonio del cabildo local.

Junto a Casa Aragón está el inmueble de la familia De Genna Arteaga. Su fachada también fue conservada igual que la presentación de amplios portales que permiten la circulación de los peatones. En el interior el cambio fue radical. Estructura metálica para darle soporte a la edificación.

Fue adecuada para alquiler de locales comerciales y en la planta alta funciona un bloque de oficinas. Sus acabados son simples, no finos y utilitarios, pues su espacio es eminentemente comercial.

Solo un inmueble de rasgo colonial está fuera del centro de la ciudad. Se trata de El Castillo que está ubicado en el barrio Jocay noreste de la urbe. Es una edificación de tres niveles construida en una loma de alta pendiente.

Desde ese lugar se puede divisar toda la zona baja de la ciudad que está bañada por el mar. Los turistas pueden acceder previa cita con los dueños para conocer detalles de esta construcción patrimonial del puerto manabita. (I)

El Parque Central es uno de los atractivos que se conjuga con las casas patrimoniales que existen en la zona y son visitadas por turistas locales y extranjeros. Foto: Rodolfo Párraga / EL TELÉGRAFO