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El Telégrafo
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El sector comercial registra grandes pérdidas económicas

Calderón vive el peor invierno de su historia

Una toma aérea muestra cómo el agua inundó los sectores de la parroquia Abdón Calderón de Portoviejo. Hubo familias que debieron salir de sus casas por el peligro que representó. El agua vino con lodo. Las familias se unieron para evacuar lo que dejó el paso de la crecida de los afluentes.
Una toma aérea muestra cómo el agua inundó los sectores de la parroquia Abdón Calderón de Portoviejo. Hubo familias que debieron salir de sus casas por el peligro que representó. El agua vino con lodo. Las familias se unieron para evacuar lo que dejó el paso de la crecida de los afluentes.
Rodolfo Párraga / El Telégrafo
16 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Regional Manabí

Orlando Párraga avanza en su bicicleta por la calle central de Calderón y por un instante se queda desconcertado con lo que ve a su alrededor; es el impacto de la naturaleza. Después de las fuertes lluvias registradas a inicios de semana, varias casas y comercios de esta parroquia rural de Portoviejo quedaron bajo el agua.

Párraga, de 70 años, hace un comparativo de cómo han sido los inviernos en la localidad durante su vida y comenta que “esa es la primera vez que la población queda anegada de esa forma”. Recuerda que también en 1983 el agua llegó hasta las casas, pero no hubo daños. En las calles, el nivel del agua superaba el metro de altura. Artículos familiares y de los negocios de la zona resultaron dañados, en una localidad donde el comercio mueve un promedio de $ 70 mil diarios.

El martes, el caminar por las calles de esta parroquia se tornaba complicado. Los portales estaban llenos de enseres, ropa y, en caso de los negocios, de mercaderías. Padres, madres, hijos, niños..., en fin, todos pusieron manos a la obra, para evacuar el agua, separar lo que ya no valía y rescatar las cosas que quedaron. El comercio se suspendió durante el lunes y el martes. “Fue tan violento el lunes a las 07:30 cuando el agua llegó con fuerza. No hubo tiempo de salvar nada. Para que los lectores se hagan una idea, fue como un tsunami –compara así la potencia del desbordamiento— este Calderón da pena”. El morador sugiere desazolvar el río, hacer canales y ayudar a las familias que, como él, perdieron electrodomésticos y ropa.

El alcalde de Portoviejo, Agustín Casanova, dispuso un modelo de planificación para atender a las parroquias inundadas, por el desbordamiento de los ríos Chamotete y Chico. En la planificación, por ejemplo, se incluye el envío de tanqueros a cada una de las parroquias inundadas.

Para el alcalde, la desgracia ocurrida duró minutos, pero recuperarse de ella tomará tiempo. “Lo importante es que estaremos aquí hasta dejar estos pueblos bien; no diría en iguales condiciones, sino en mejores condiciones”, indicó. Casanova ha recibido el apoyo de los alcaldes de Jipijapa y Santa Ana para superar la situación adversa de Calderón.

Luego de recorrer y observar el estado de la zona, la más afectada por las lluvias en Manabí, Casanova aseguró a los pobladores que esos sectores no se van a quedar abandonados. “Vamos a estar aquí hasta que recobren la calidad de vida que perdieron”, dijo.

Por su parte, el presidente del gobierno parroquial, Juan Farías, recalca que la naturaleza se adelantó a los trabajos que iban a realizar en la localidad, por ejemplo el dragado del río Chico. “Después de esta inundación, vemos cosas urgentes por hacer, como la construcción del puente de Pimpiguasí y el dragado del afluente. Es momento que se le preste ayuda a las personas que más necesitan”, aseguró.

Farías cuenta que horas antes sus padres, quienes superan los 90 años, le dijeron lo mismo que Orlando Párraga, “que este es el peor invierno que ha habido en Calderón, que es un desastre”. “Tenemos que recuperar el autoestima. Las manos humanitarias han llegado con vituallas, nos sentimos apoyados. Los manabitas nos hemos caracterizado por ser luchadores y tenemos que salir adelante”, dijo.

En la zona, la biblioteca, un infocentro, el Subcentro de Salud, la iglesia y el cementerio también resultaron afectados. Lo mismo sucedió con gran cantidad de cultivos de ciclo corto, varios de los cuales ya estaban listos para ser cosechados. El lunes más de 40 hectáreas en la zona se perdieron.

En el mercado, personas como Daniel Laz perdieron todos sus productos. Él vende legumbres de jueves a domingo en las llamadas ferias, por lo que el lunes no tenía previsto ir a su local, pero acudió por la lluvia y cuando llegó vio todo inundado. Perdió varios productos.

De su lado, el agricultor Leonel Vélez abandonó su vivienda, ubicada a un costado del río, y se alojó en el colegio Calderón, en la parte alta de los bloques, porque la institución también se inundó. Estima unos $ 2 mil en pérdidas.

El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) provincial se ha mantenido en sesión permanente; el martes evaluó las afectaciones por las lluvias del domingo y del lunes en Manabí y por el desbordamiento de afluentes. Las 40 familias que fueron evacuadas en las primeras horas del lunes ya regresaron a sus hogares.

Los presidentes de los GAD parroquiales de Calderón, Riochico, Alajuela y San Plácido declararon en emergencia sus respectivas jurisdicciones. Así lo explica la gobernadora y presidenta del COE provincial, Susana Dueñas. Calderón fue la más conmovida concluyó el COE. “El 90% de la población ha sido afectada en este sector; 20 familias (58 personas) fueron llevadas a refugios temporales, de ellas 4 lo perdieron todo”.

El Gobierno local se encuentra monitoreando el río Portoviejo. El alcalde Casanova dispuso que el personal municipal vaya de casa en casa, avisando a las familias que se encuentran en zonas vulnerables a inundaciones para que se pongan a buen recaudo.

En Portoviejo hay zonas vulnerables como Estancia Vieja, Colón y los sectores de los puentes Mamey, Chile, Santa Cruz, Velasco Ibarra, Plazoleta 24 de Mayo y sector Milagro de Picoazá. El gobierno local estableció grupos de trabajo y se asignó a directores responsables en cada uno de los sectores mencionados.

Además, el Municipio comenzó una campaña de recolección de vituallas y alimentos no perecibles, para las personas afectadas. El lugar de entrega es el edificio del GAD, en la planta baja, donde quedaba la biblioteca municipal. El objetivo es brindar ayuda a los necesitados.

Entidades realizan un trabajo en conjunto

La Secretaría de Gestión de Riesgos coordinó acciones para mitigar los efectos adversos por las lluvias en Manabí. En las primeras 72 horas, desde el lunes, se reportaron afectaciones atribuidas a la etapa invernal en Manabí. El sector de Tillal, en Santa Ana, resultó inundado. Luego de varias horas, las aguas descendieron y las familias retornaron a sus viviendas.

En la vía Portoviejo-Pichincha, en la parroquia San Plácido, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas coordinó con maquinaria la limpieza. En este punto, las familias damnificadas fueron llevadas al refugio ubicado en el Sindicato de Choferes.

Solo en el sector Las Delicias hubo 200 metros de vías afectadas. Personal de Equitesa colaboró en el movimiento de tierras y escombros en la carretera. En Alajuela se registraron 44 casas con daños leves. En Riochico, la Secretaría de Gestión de Riesgos, Policía y Bomberos evaluaron daños para poder evacuar a las familias afectadas. Además, las brigadas municipales y elementos militares y policiales trabajaron en tareas de evacuación en otras parroquias como San Plácido, Alajuela, Calderón y Chirijos.

En el cantón Santa Ana, en el sector de La Unión, la Policía colaboró con el control y seguridad del perímetro. Los bomberos trabajaron con motosierras para remover un árbol que había caído en la vía y la dejaron habilitada.

El miércoles pasado fue muy complicado para sus habitantes, cuando comenzó a crecer el afluente. Inundó zonas como el casco urbano, también Ayacucho y Honorato Vásquez. Personas como Kléver Zambrano hicieron el recorrido y lamentaban la situación.

En el cantón Flavio Alfaro hubo inconvenientes en la vía Chone-El Carmen; maquinaria del Ministerio de Transporte y Obras Públicas realizó la limpieza y habilitación de la vía. En Chone, técnicos municipales trabajaron en el sector Simbocal, con la limpieza del puente y de la compuerta del agua potable, la que estaba obstruida por una palizada. No hubo necesidad de evacuar personas y se coordinó con el MIES la evaluación de los daños para la ayuda humanitaria.

Los sectores como El Aguacate, El Mate, San Andrés y Guabal tuvieron afectaciones parciales de 32 viviendas; el agua entró a los patios y 8 viviendas se vieron directamente anegadas. Los bomberos de Chone colaboraron con la evacuación de las aguas. Mientras que por el desbordamiento del Río Colorado, el agua ingresó a 22 viviendas. (I)

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