En Corre Agua, en la ruta para llegar a Charapotó, hay varios pobladores que se dedican a la venta de coco, pero hay un quiosco en particular, en especial por su llamativo letrero: “se alquilan vagos”.

Sentado en su hamaca, con un sol playero que pega duro, está Alexis Figueroa, quien con comodidad espera a sus clientes.

Resalta que el letrero es el enganche de su negocio. “Todos los que vienen me preguntan a cómo alquilo los vagos; nos reímos un poco y se hidratan con un rico coco helado. La base para vender es hacer reír a mis clientes”.

Alexis ya tiene 17 años en el negocio. Diariamente vende entre 50 y 70 cocos, con lo que ha construido su casa. Por las mañanas se dedica a las labores de campiña, cosechando o sembrando algo en su pequeña parcela.

Cuenta que la idea de poner un letrero tan llamativo surgió un día que navegaba en internet y vio un negocio chileno que enganchaba clientes con la frase “se alquilan vagos”.

Para Santiago Hernández, quien hizo una parada para tomarse un agua de coco, además del letrero, ayuda mucho que Alexis sea muy jovial al momento de vender. “Todos los que pasan por aquí lo conocen, es muy alegre, a pesar de su apariencia ruda”.

Además de Santiago, sus 2 hijos también disfrutan de un coco y ríen con Alexis. “Voy a hablar con don Alexis para ver si meto en el negocio del alquiler a mis hijos y así conseguimos dinero”, dice entre risas Santiago.

Carlos Cedeño es otro de los clientes de Figueroa. Destaca: “yo vengo acá, además de por los ricos cocos, por el buen trato de Alexis, que siempre está sonriendo”. (I)