De los $ 10.000 del costo de las estructuras, $ 9.000 es subsidiado
71 nuevas casas devuelven la esperanza a cañitenses
Charapotó, Sucre.-
Los vecinos de doña Ilia Olmedo tienen esta historia como la muestra más visible del mal que para ellos causó un grupo de personas que decían ser evangélicos y que supuestamente estafaron a más de 400 personas en las Cañitas (Charapotó, Sucre) y comunidades aledañas.
A sus 92 años, ella no pensó nunca ser conocida fuera de su tierra, pero su foto, al igual que algunas entrevistas a medios televisivos ya han dado la vuelta al país, debido a esta situación negativa. “Ella vendió una puerquita para dar dinero para su casita”, expresó Carmen Ramírez, quien vive a pocas viviendas de la adulta mayor.
Doña Amadita, como es más conocida la nonagenaria, camina apoyada de un viejo bastón de madera. Pasa el día en el portal de la casa de su nieta (María Murillo), donde vive ahora.
La morada de la mujer está puesta en el terreno de su abuela. Es una estructura metálica, donada por una fundación cristiana. “Me la dieron por mi problema (discapacidad física)”, cuenta María.
En el terreno de Amadita está su casa, que debe ser demolida y la de su nieta. “Ya quiero mi casita, quiero alcanzar a ver mi casita”, dice con insistencia la adulta mayor.
Tras la supuesta estafa realizada por Karina B. y un grupo de quienes decían ser evangélicos, hecho acaecido en Cañitas (el caso está en instrucción fiscal), varios de los perjudicados se acogieron a los bonos que otorga el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda.
Doña Amada lleva más de un mes en trámite. “Yo perdí mi platita con esa mujer (Karina B.). Ahora me dijeron que me iban a dar una vivienda del Gobierno”.
De las cerca de 400 personas que fueron engañadas (que perdieron sus casas por el terremoto del 16 de abril), 71 ya aplicaron a algún tipo de bono del Miduvi. De ese grupo, personal de la cartera de Estado ya realizó el censo y el área técnica tomó medidas de los terrenos.
“Mis hijos fueron estafados, yo incluso iba a las reuniones por ellos. Después de la tragedia, que fue peor que el terremoto, ahora ya aplicaron para que el Gobierno los ayude con su morada”, expresa Carmen Ramírez, vecina de Amadita.
La mujer afirma que en cuanto a Karina B. “Dios hará justicia. Ella tenía la conciencia sucia, porque siempre preguntaba si estaba estafando a alguien. Siempre se le dio plata y en nuestro desconocimiento, nunca le pedimos ni un recibo”. El caso lo lleva el fiscal de Sucre, Juan Carlos Izquierdo.
Mauro Mera, cuya familia también fue estafada, indica que “ella se comió al cuento a la gente poniendo relleno en uno que otro terreno. Ella (Karina B.) defraudó a gente pobre, a su gente y lo peor de todo es que utilizó a Dios”.
Del grupo de damnificados por el terremoto que fue estafado, además hay 91 casas que no se cayeron y serán arregladas en los próximos días.
Un presentimiento evitó que Rosa pierda más dinero
La supuesta estafa en Cañitas se hizo pública a mediados de septiembre. Pero en julio pasado, cuando Karina B. y el supuesto grupo de evangélicos contaba con el apoyo del pueblo, Rosa López desistió de seguir en el proyecto de recibir una casa por parte de este grupo.
“Habían cosas que no estaban bien. Ellos no parecían hermanos, andaban mal vestidos, con pantalonetas y tatuajes. Hablaban tosco... los hermanos reales son bien portados y muy amables”, indica.
Por estos motivos, Rosa dejó de ir a las reuniones. Cuenta que ella dio $ 60 y que no se los quisieron devolver. Tras dejar su ilusión de recibir la casa por estos supuestos misioneros, ella gestionó el bono del Miduvi. Otras 51 personas aplicaron también previo a que la estafa salga a la luz. Estas viviendas ya están más avanzadas y serían entregadas el próximo mes.
La mujer cuenta que el costo del inmueble, de dos dormitorios, es de $ 10.000, $ 9.000 es subsidiado y los $ 1.000 restantes se los tiene que pagar en un plazo de tres años. (I)