Maricela Barre muestra con orgullo una de las primeras cosechas de su huerto orgánico. Junto con sus vecinos y visitantes recogió rábanos que más adelante los saborearon con su familia.

La mujer, de la ciudadela Elegolé de Manta, pertenece a una de las 800 familias que a nivel de las parroquias Los Esteros y Eloy Alfaro se beneficiarán con el proyecto de agricultura orgánica sostenible comunitaria, que impulsa el gobierno local con el apoyo de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam).

Maricela comentó que esta nueva tarea  le ha ayudado a salir adelante y entretenerse luego de perder su casa en el terremoto.

Mery Chong, subdirectora municipal de Gestión de Desarrollo Económico Productivo, mencionó que son en total 225 huertos orgánicos que se implementarán en la ciudad,  los cuales estarán certificados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “El proyecto es maravilloso, hay que seguir motivando a las personas que lo tienen para que esto sea algo consecutivo, que no se pierda”.

El objetivo es darle buen uso a los espacios de suelo desocupados, integrar a los miembros de las familias alrededor de una actividad saludable y divertida, mejorar la ingesta alimentaria, reforzar la cultura tradicional del cultivo sin agroquímicos y crear oportunidades para el comercio minorista de productos agrícolas frescos y descontaminados.

“La idea también es que se busquen medios de  comercialización e incluso hacer un valor agregado de estos huertos de lo que se cosecha y hasta ferias orgánicas”, explicó la funcionaria.

Vicente Cevallos, analista de Vinculación con la Comunidad del GAD local, indicó que se ha escogido inicialmente 10 barrios de la parroquia Los Esteros para comenzar con este plan piloto. Elegolé es el primero, con el cual se está lanzando la programación.

En el huerto de Maricela, además de rábano, hay sembrados pepino, tomate, ají dulce, acelga, maíz, habichuela, haba, fréjol y maracuyá. El gobierno local entrega semillas, da la capacitación técnica y las herramientas necesarias con la ayuda de los estudiantes de la Uleam.

“Nosotros le damos la facilidad  de tener un recipiente dónde almacenar el agua para regar el huerto”, destacó Cevallos. Expresó que se arranca en Los Esteros con el plan por las condiciones de las casas, que tienen un terreno muy amplio que posibilita la ejecución. “También se puede construir en edificios; hay elementos técnicos que se hacen en cajas de madera”.

En el sector de Maricela se implementarán 7 huertos. El siguiente es Mar y Cielo hasta ir avanzando a otros sectores. “Todo lo que se siembra aquí es orgánico”, puntualizó Cevallos.

La funcionaria municipal Rocío Álvarez resaltó que proyectos de este tipo, donde se vinculan dos instituciones públicas, benefician a la comunidad y eso es lo más importante.  

La ciudadana Belén Mejía explicó que estos proyectos son muy interesantes, sobre todo para quienes tienen un terreno donde pueden sembrar. “Yo no tengo, pero puedo ayudar en mi sector a tener y mantener uno de estos huertos, como el de doña Maricela”.

Emma Vinces, del barrio 20 de Mayo, dijo que a ella le agradan las labores de este tipo porque llevan a una alimentación sana. La decana de la Facultad de Agricultura de la Uleam, Jesenia García, indicó sentirse contenta al ver los huertos porque los objetivos se están concretando; ya hay cosecha, como en el de la familia Barre.

“Como universidad, estamos haciendo conocer lo que los estudiantes dentro de las aulas pueden aprender y llevar a la práctica”.  

Los alumnos que están trabajando de la mano con el GAD y que dan el apoyo técnico a familias son de octavo semestre de dicha facultad. Uno de ellos es Rubén Alcívar, quien explicó que este servicio a la comunidad les agrada mucho.

“Desde que sembramos mantenemos limpia el área de plagas y enfermedades hasta tener la cosecha”. Detalló que al lado de las plantas de rábano, por ejemplo, hay sembrada una línea de maíz, para que, en caso de haber plagas, estas últimas las agarren y no se dañe el sembrío.

El abono que están usando es mezcla de cascarilla del café, estiércol de ganado, tierra y arena. “Sembramos semillas buenas certificadas”, aseguró Alcívar.

Son 22 estudiantes los que están colaborando, según lo indicó el alumno Adrián Murillo. A ellos les satisface que en Manta se desarrolle este proyecto. (I)