Tras 8 minutos de haber salido del cascarón, 102 tortugas golfinas llegaron al mar en la playa de San Lorenzo. Su reptar fue lento, muy lento. El proceso tuvo la vigilancia de técnicos del Ministerio del Ambiente (MAE), quienes revisan que en el camino de los reptiles no haya ningún tipo de basura, ya que esto podría dificultar su avance.

Se trató del primer grupo de esta especie de quelonios que eclosionó en la presente temporada en las costas manabitas. La llegada de estas tortugas inicia entre mayo y junio. Su arribo se da a las playas de San Lorenzo y La Botada; además se registran nidos en Santa Marianita, El Murciélago, Las Piñas, Ligüiqui, Las Tunas y Puerto Rico, entre otras.

“Ver a los animales avanzar es algo que da mucha ternura. Inmediatamente dan ganas de cuidar más la naturaleza”, destaca la mantense Leonor Zambrano, quien no pudo ver la primera eclosión. Afirma que ahora estará más pendiente y visitará las playas continuamente, porque “le encanta ver cómo esos frágiles animalitos avanzan y se pierden en el mar”.

En lo que va de la temporada, se registran 23 nidos en la playa de San Lorenzo, 14 en La Botada, 2 en Santa Marianita y una en Ligüiqui.

Los nidos permanecen cercados con 4 hitos y señalizados con una inscripción, como medida de prevención para evitar el acercamiento de los turistas que visitan este balneario. Los ponederos, son custodiados por guardaparques, quienes permanentemente monitorean el Área Protegida. El período de eclosión dura de 45 a 50 días.

Rubén Alemán, técnico del MAE, indica que el cuidado a las golfinas es constante, debido a que es una especie en extinción. “Nosotros damos charlas a la población para que nos ayuden con el cuidado de las tortugas”, comenta.

Esta especie es la más abundante entre las tortugas marinas, pero está en situación de vulnerabilidad, por los pocos sitios de anidación que quedan en el mundo.

Cuando alcanzan su madurez sexual (a los 15 años), las hembras regresan al lugar donde nacieron para depositar sus huevos. Cada una deposita entre 90 y 120 en la arena. Es una especie con un promedio de longitud de caparazón de los adultos entre 60 y 70 centímetros.  

El sector de Pacoche recibe la mayor cantidad de golfinas al año que llegan para cumplir con este proceso. El promedio de nidos en 2014 y 2015 fue de 190.

Para realizar un correcto estudio de las tortugas, el MAE implementó desde 2012 un proyecto de monitoreo las 24 horas del día. Técnicos de la institución realizan un marcaje de la especie mediante placas de registro, para así tener un mayor control.

Los guardaparques se encargan también de analizar el entorno de cada nido. En caso de que la tortuga deposite los huevos en una playa muy concurrida, los técnicos se encargan de cambiarlo de lugar, para mayor seguridad.

En esta situación, afirma Alemán, la ciudadanía ayuda mucho, ya que es la primera en ver si existe algún peligro para las crías. Al nacer, las golfinas miden unos 8 centímetros de largo y pesan 18 gramos en promedio. Tras la eclosión, el reptil recorre varios metros hasta llegar al mar, en un lapso de 5 a 8 minutos.

Para Carlos Santos, quien visitó San Lorenzo, pero no tuvo la oportunidad de ver la eclosión, este proceso natural se debe dar a conocer más a escala nacional. “Yo llegué una hora después, pero vi el nido y es algo muy lindo. Además observé otros huevos que había en la zona. Todo está bien cuidado, hay personas que explican a los visitantes la importancia de cuidar el entorno de las tortugas. Es un espectáculo natural que más personas deberían conocer”.

La temporada de tortugas se extiende hasta inicios de enero próximo, fecha en la que se espera que eclosionen un total de 15 mil huevos. (I)