Este centro social se fundó en 1969 y está a cargo de la congregación religiosa de las hijas de la caridad
Vicente de Paúl es el refugio para 45 jornaleros
Entre los 5 albergues que existen en el centro de Ambato, el más antiguo y el que atiende a más personas es el Centro Social San Vicente de Paúl.
Es un lugar donde se brinda hospedaje, consejería y asistencia espiritual a 45 jornaleros y estibadores de Ambato y más ciudades de la zona centro del país.
Con el firme propósito de ayudar y practicar la misericordia, el centro abrió sus puertas hace 45 años, junto a la iglesia Medalla Milagrosa de la parroquia San Francisco, en un edificio dedicado íntegramente a diversas obras sociales.
“En este lugar hicimos de la piedad, clemencia y compasión, nuestras máximas inspiraciones para ofrecer a los trabajadores ocasionales de recursos escasos, alojamiento y alimentación digna a muy bajo costo”, manifiesta Susana Mise, directora del centro.
La ‘hermanita Susy’, como la llaman las personas con las que habla a diario, explica que además de ella, el albergue está atendido por 5 religiosas de la congregación Hijas de la Caridad que se turnan las tareas de cocina, enseñanza, limpieza y consejería espiritual.
Las Hijas de la Caridad es una comunidad católica de origen francés que se dedica a atender las necesidades básicas de personas de bajos recursos, trabajadores y enfermos en todo el mundo.
Riobamba, Puyo, Guaranda y Esmeraldas, entre otras, son ciudades de origen de gran parte de los trabajadores que se hospedan allí.
El albergue se compone de un dormitorio múltiple, una sala de estar con televisión y radio; un espacio para conversar y baños para hombres y mujeres.
Las otras obras sociales que se desarrollan simultáneamente en el edificio del Centro Social San Vicente de Paúl son la Escuela de Invidentes, Escuela de catequistas, Pastoral de la mujer y la Sede de Cáritas en Tungurahua.
“Los principios cristianos, deberes humanos y morales que hemos aprendido durante nuestro años de preparación espiritual, son aplicados en todas las obras de carácter social que se desarrollan en el centro”, añade Mise.
Los beneficiados afirman que el precio por alojamiento es módico.
“Una merienda, la noche de hospedaje y el desayuno cuestan $ 0,50. Debido a nuestra situación de economía limitada, este valor es muy accesible y creo que no afecta el bolsillo de nadie”, opina Lorenzo Guamanquishpe, un jornalero riobambeño.
El mercado Modelo y las plazas Urbina y 1° de Mayo son algunos de los centro comerciales populares de Ambato donde estas personas laboran y donde consiguen los recursos para pagar el alojamiento.
Como un servicio complementario, las 5 novicias realizan talleres semanales de limpieza, para concienciar a estas personas sobre la importancia del aseo y cuidado personal, en el proceso de conseguir un trabajo estable.
El sitio atiende a hombres y mujeres y puede albergar simultáneamente a 75 personas.
“Las charlas motivacionales y clases éticas que nos brindan las monjitas son muy valiosas. Muchos de nosotros venimos de diferentes ciudades del país y en la búsqueda laboral dejamos a nuestros hijos, nietos, parejas y hogares. Por eso, somos vulnerables a vivir con tristeza, soledad, depresión, pena y desconsuelo”, afirma Maritza Yacchirema, doméstica oriunda de la parroquia Facundo Vela, de la provincia de Bolívar.